A falta de un ganador, las elecciones en EE.UU. dejan su primera víctima: la demoscopia

Al igual que en 2016, las encuestas no han reflejado en absoluto la igualdad de los comicios a la hora de la verdad

A falta de un ganador, las elecciones en EE.UU. dejan su primera víctima: la demoscopia

Millán Cámara

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

¿Quién es el ganador de las elecciones de Estados Unidos? Es la gran pregunta que todos se hacen a estas horas tanto en la tierra de las oportunidades como en el resto del planeta. No se habla de otra cosa, con el recuento muy cambiante e igualado y una evidencia que ya se dio en 2016: las encuestas han fracasado.

Lo cierto es que tendremos respuesta sobre el vencedor de los comicios, pero no sobre el porqué del nuevo fallo de los sondeos. Todo parece indicar que estos han reflejado un deseo, como cuatro años atrás, y no el sentir real de la calle: el trumpismo tiene más apoyos, de forma objetiva, de los que le gustaría al antitrumpismo.

¿Los pronósticos obvian al votante rural, más afín a Donald Trump? ¿Se pasa por alto la decisión final de los indecisos? ¿Se sobrerrepresenta a los ciudadanos más preparados? No lo sabemos, pero ahí están los datos para ratificar, unas elecciones estadounidenses más, que las encuestas distan mucho de ser infalibles.

¿Qué decían las encuestas?

Este martes 3 de noviembre, Joe Biden llegaba a la cita con las urnas con hasta siete puntos de ventaja sobre Trump a nivel nacional, según las encuestas. De hecho, su ventaja sobre el actual presidente norteamericano llegó a ser incluso de 10 puntos en algunos momentos, y en ningún punto dejó de ser holgada.

Los modelos predictivos de mayor enjundia eran rotundos: el menor porcentaje de probabilidad de ganar el Colegio Electoral que se le daba a Biden era el 64% que apuntaban las casas de apuestas. En el resto de casos, el candidato demócrata atesoraba un 90% (FiveThirtyEight), un 87% (superpronosticadores), un 95% (The Economist) y un 88% (Decision Desk) de posibilidades de triunfo.

Por el contrario, el tope de opciones de Trump lo marcaban las casas de apuestas: un 36%. Según el resto de modelos, tenía un 10% (FiveThirtyEight), un 12% (superpronosticadores), un 5% (The Economist) y un 12% (Decision Desk) de posibilidades. Tan sólo los superpronosticadores daban 'chance' al empate, aunque con un 1% de probabilidad.

Biden aventaja en 7,2 puntos a Trump en los últimos sondeos nacionales

En cuanto a los estados clave, FiveThirtyEight y Real Clear Politics daban la victoria a Biden en todos menos en Ohio, donde se hablaba de empate (46,6% de votos para el aspirante y 46,5% para el actual presidente). Es decir: los demócratas iban a ganar en Pensilvania (49,9%-45,0%), Florida (48,7%-46,5%), Míchigan (51,5%-43,0%), Wisconsin (51,9%-43,7%), Arizona (48,5%-45,7%), Carolina del Norte (48,8%-47,0%) y Georgia (48,3%-47,1%).

En total, en base a las encuestas y al New York Times, Biden podía conseguir hasta 291 electores (la mayoría está en 270) por los 119 de Trump, con 128 en situación de empate.

¿Qué está pasando?

A falta de que el recuento finalice, los márgenes de error de las encuestas han vuelto a hacer de las suyas. Como algunos ya preveían, todo está mucho más ajustado de lo que auguraban los sondeos.

Tenemos el caso, por ejemplo, de los datos que manejaba Real Clear Politics. Su última actualización hablaba de 216 votos electorales para Biden y 125 para Trump, cuando los candidatos cuentan con 253 y 214 respectivamente en estos momentos.

Fijémonos ahora en cuál es la situación en los estados clave. El empate de Ohio se convierte en victoria clara para Trump, que ahora revierte la tendencia que indicaban las encuestas en Pensilvania, Florida, Carolina del Norte y Georgia. Por su parte, Biden resiste en Míchigan, Wisconsin, Arizona y Nevada.

Trump Addresses the Nation on the Election Results

Las ventajas no dejan lugar a las dudas sobre el contraste entre lo reflejado por las encuestas y lo que ha terminado por suceder: +1 para Trump en Georgia, +3 en Pensilvania y +1 en Carolina del Norte; +1 para Biden en Wisconsin, +2 en Míchigan y Arizona y +1 en Nevada.

El precedente de 2016

Que las encuestas fallen no es nuevo. Cuatro años atrás, Hillary Clinton también llegaba a las elecciones con ventaja sobre Trump. Aunque, eso sí, con menor renta que Joe Biden: los demócratas estaban 3,9 puntos por encima de los republicanos.

La distancia entre los dos candidatos, como ha ocurrido en 2020, se fue estrechando a medida que se acercaron los comicios, aunque sin dejar de dar como ganadora a Clinton. También había favoritismo para ella en el voto por estados, ya que se anunciaba su triunfo en 26 estados por los 25 que se llevaría Trump.

¿Qué pasó al final? Que el hoy presidente de Estados Unidos obtuvo 304 votos electorales, por los 227 de Clinton. Entre estos, destacaron los obtenidos en estados que en principio iban a ser demócratas, como Florida o Pensilvania. Sí, el voto popular lo ganó Clinton (47,9% por 46,4% para Trump), pero eso no bastó para convertirse en la primera presidenta estadounidense.

¿Qué pasará cuatro años después? Todo está por ver aún. Eso sí, de los 29 estados de Biden y 22 de Trump que recogían los sondeos hemos pasado, a esta hora, a 22 estados demócratas y 23 republicanos. Con 5 aún por concretar si su color será el azul de los primeros o el rojo de los segundos.

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