¿Podría precipitar el fracaso de Unidas Podemos el final de Iglesias?

Pablo Iglesias hizo purga contra los mejor posicionados para sucederle

¿Podría precipitar el fracaso de Unidas Podemos el final de Iglesias?

José Melero Campos

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

El nuevo fracaso de Unidas Podemos en las urnas podría reavivar las voces críticas con la dirección nacional, y más concretamente contra su líder, Pablo Iglesias. La propia número dos de la formación, Irene Montero, ya expresó en una entrevista el pasado mes de marzo que “estaba convencida de que pronto el líder de Podemos sería una mujer”. Una manera, como otra cualquiera de postularse. Lo que no ha tenido en cuenta Montero es que para los críticos de la gestión actual, ella es una de las responsables de la crisis que padece la formación morada.

Pero lo cierto es que hacer quinielas para suceder a Pablo Iglesias se antoja complicado, dado que el propio Secretario General se encargó de hacer purga contra sus detractores, hasta el punto que el mejor posicionado hasta el II Congreso de Vistalegre para tomar las riendas de Podemos, Íñigo Errejón, optó por marcharse/exiliarse a la marca de Manuela Carmena, ante la imposibilidad de ejecutar sus proyectos. Una decisión que trajo como consecuencia la dimisión de otros dirigentes con peso en el partido, como el del Secretario General de Podemos en Madrid, Ramón Espinar o la retirada progresiva de otra de las fundadoras, Carolina Bescansa.

Y lo cierto es que el tiempo ha dado la razón a Errejón: fue uno de los que se mostraban contrarios a la alianza de Podemos con IU, con el que Iglesias estaba convencido que daría el “sorpasso” al PSOE en las elecciones de junio de 2016 y dar el salto a La Moncloa. Todo quedó en nada.

Quizás para tapar las carencias en la gestión, Pablo Iglesias ha ejercido un férreo control del partido, de manera que públicamente son pocos los que hasta ahora se han atrevido a criticar su gestión. Prueba de ello fue las reacciones contrarias que se sucedieron tras conocer que Iglesias y Montero, compañeros sentimentales además de partido, decidieron comprar un chalet en la localidad madrileña de Galapagar: “cayó bastante mal entre los simpatizantes por la estética, porque siempre hemos defendido ser más cercanos y parecidos a la gente común y una casa de 600.000 euros obviamente no es lo habitual”, explicaba off de record una dirigente morada.

Lo peor para Podemos es que todavía quedan por delante las elecciones autonómicas, municipales y europeas del 26 de mayo. Una cita electoral donde Iglesias se juega el todo o nada. Y es que las marcas de Podemos en las conocidas como “ciudades del cambio”, Madrid, Barcelona o Valencia, podrían perder el bastón de mando a tenor de las encuestas.

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