Abascal destapa las desconocidas acciones que evidencian el discurso de PSOE y Podemos

Otra vez el doble rasero. Otra vez la doble moral. Otra vez tenemos que ver con enorme tristeza como hay políticos que depende de a quien se insulte o a quien se amenace así deciden rasgarse las vestiduras ante el pueblo u optan por mirar para otro lado silbando como si con ellos no fuera la cosa.

Toda violencia, todo insulto, todo menosprecio, todo ataque contra una persona sea de la ideología que sea, tenga la creencia religiosa que tenga, sea de la orientación sexual que sea, debe de ser condonada siempre por igual. Así debería ser, pero así es como no es nunca.

En las últimas horas lo hemos visto y comprobado una vez más, a raíz del polémico vídeo grabado en una galería de tiro de Málaga capital, en el que se ve cómo un individuo dispara a unas dianas con fotografías de varios miembros del Gobierno, entre ellos el propio presidente, Pedro Sánchez, el vicepresidente, Pablo Iglesias, o el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.

Ni 24 horas ha tardado la Policía Nacional en identificar y detener al sujeto desde que se dio a conocer dicho video, después de que la Abogacía del Estado instara a la Fiscalía con enorme celeridad a que se investigaran estos hechos, por los cuales, algunos de los afectados directamente, como Iglesias, no tardó en publicar un tuit, asegurando que “ni siquiera las amenazas de muerte de estos pseudocomandos de la ultraderecha van a distraernos de nuestra tarea de reforzar la justicia social y una recuperación económica que no deje a nadie atrás”.

También el ministro de Transportes, José Luís Ábalos, se apresuró a indicar que “ningún partido debería permanecer indiferente ante amenazas tan explícitas y siniestras como la que representan y difunden estos indeseables”, a los que también situó en la ultraderecha, al tiempo que pedía que “la Fiscalía debe actuar”.

Ambos, en un discurso que está siendo repetido desde la izquierda, están culpando ya, directamente, a la ultraderecha, es decir, a Vox, de estos hechos y de que los mismos se produzcan, lavándose las manos de cualquier responsabilidad en los mismos. Esta actitud, tanto de PSOE como de Podemos, es igual de peligrosa y lamentable que los hechos del vídeo en sí, pues no hacen más que seguir echando gasolina, en lugar de agua, sobre el fuego.

CONDENA ROTUNDA DE VOX A LOS HECHOS

De momento, desde Vox, su presidente Santiago Abascal ha sido claro y tajante, asegurando que “nosotros sí condenamos toda la violencia y todas las amenazas. Siempre”, acusando a la izquierda de que “ellos depende…”.

Abascal se ha preguntado que “¿dónde están las condenas? ¿dónde están los detenidos?” cuando “dirigentes del PSOE y de Podemos escenifican la decapitación de Rajoy y enseñan a niños a acribillar a otros políticos”, en relación a dos hechos que ha puesto como ejemplo, ocurridos años atrás cuando el PP gobernaba en España.

Uno de estos actos, organizado por las Juventudes Socialistas en Alicante, tuvo lugar en 2015, y contó con la participación de alcaldes y candidatos del PSOE. Durante el mismo se escenificó como guillotinaban a Rajoy. Al final, todos posaban junto a la cabeza del expresidente del Gobierno.

El otro acto se produjo en mayo de 2016 durante la fiesta de Podemos en Móstoles, durante la cual se “acribilló” a políticos del PP, en unas dianas organizadas, para más inri, como actividad infantil de las fiestas del Dos de Mayo.

CUANDO LOS ATAQUES SON A OTROS, LA IZQUIERDA CALLA

Curiosamente, ni Ábalos y ni mucho menos Iglesias, no dijeron ni han dicho nada en todo este tiempo para condenar hechos como, por ejemplo, cuanto el hashtag "matar a Abascal" fue TT durante casi todo un día en Twitter; o por pintadas como “Abascal, te mereces un tiro en la nuca”; o cuando el centro de Sevilla apareció plagado de carteles con la foto del líder de Vox, donde se leía “un buen facha es el muerto”.

Ese es el doble rasero y la doble moral de la izquierda que, mientras no abandonen, sólo van a conseguir seguir contribuyendo a este clima de tensión que, hoy por hoy, se vive en la política nacional.

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