La abstención el 10-N, clave para el futuro político de España
Varios estudios señalan que el desencanto del electorado con la clase política puede provocar una desmovilización del voto en noviembre
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La próxima cita electoral convocada para el domingo 10 de noviembre pasará a la historia política de nuestro país como uno de los puntos de inflexión en nuestro Estado Constitucional. La situación es idéntica a la producida en el curso político 2015-2016, cuando la falta de apoyos para investir a Mariano Rajoy provocó una repetición electoral en junio. Pero en esta ocasión entra otra variante en el juego político que puede ser crucial para el futuro a corto y medio plazo de la política en nuestro país: el miedo a la abstención.
Existe cierto enfado en nuestra sociedad con la clase política que provoca que en muchas calles de nuestro país se oiga, con más frecuencia en los últimos días, “Yo no voy a ir a votar porque para lo que sirve”. Los partidos políticos planean sus estrategias de campaña teniendo muy en cuenta la sombra de la abstención.
Pero si volvemos a echar la vista atrás al curso 2015-2016, la diferencia de participación bajo 3, 4 puntos (2015 – 73,2 % | 2016 – 69,8%). En aquella situación, la repetición electoral sirvió para reforzar la posición del Partido Popular en el Congreso de los Diputados, resultado que permitió a Mariano Rajoy salir investido como presidente del Gobierno. Pero, ¿cómo puede afectar en esta ocasión?
Un abstención significativa, fruto de la frustración de los votantes con los políticos, puede provocar una significativa alteración del resultado respecto al mes de abril. Algunos expertos han señalado que la desmovilización puede afectar en mayor medida a los partidos de izquierdas, protagonistas en los últimos meses por su incapacidad para llegar a un acuerdo de Gobierno. Por otro lado, otros expertos hablan de una posible polarización de la abstención que puede afectar a ambos bloques.
Desde el punto vista histórico, nuestro sistema democrático vivió las elecciones con mayor abstención en el año 1979, con un 68% de participación. Existen muchos factores que señalan que la participación en estos comicios fue la más baja de la Democracia Española: las elecciones se celebraron entre semana y el bloque de derechas se concentró en una misma candidatura.
Abstención o cambio de voto
Podemos y PSOE pueden ser los partidos que más sufran estos efectos, ya que han sido los principales protagonistas de las negociaciones que no han salido adelante. Aunque también Ciudadanos puede verse afectado por rechazar desde el primer momento cualquier oferta de los socialistas que hubieran permitido conseguir una mayoría suficiente para conseguir un ejecutivo con mayoría absoluta.
En este juego político parece ser que el Partido Popular es el partido que más estabilidad conseguirá en su resultado en comparación con los comicios de abril.