El asesino de la menor de Totana engañó a su expareja con la excusa de devolverle los regalos
Indiferente, sin arrepentimiento, ni una lagrima, el asesino confeso relató a los agentes el crimen
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
El presunto asesino, Johan Styven, 19 años, español de origen ecuatoriano, citó en su casa a Claudia, de 17 años, su exnovia, cuando no estaban ni su madre ni sus tres hermanos para, según le dijo, devolverle los regalos, ya que la relación que habían mantenido terminó.
Ese fue el engaño, según ha sabido COPE en fuentes al tanto de la investigación. No consta policialmente ninguna amenaza o seguimiento. Calculan los investigadores que en torno a las 4 o 5 de la tarde de ayer martes acabó con su vida: la acompañó hasta el trastero del garaje de la vivienda, donde pasadas las 4 de la madrugada la Guardia Civil halló el cadáver en un charco de sangre, “cosido a puñaladas y pinchazos, mas de 30” según una impresión visual.
Fue en el edificio “el Quesito”, donde convivía junto a su madre y tres hermanos. Queda a unos 500 metros de los juzgados, a donde pasado mañana, previsiblemente, será conducido después de confesar los hechos. No hay denuncias previas por violencia de genero. Al detenido no le constan antecedentes.
Asesino y víctima, son nacidos en España de padres ecuatorianos. El asesino confeso se mostró en todo momento indiferente, sin arrepentimiento, ni una lagrima, más bien parecía satisfecho cuando relató a los agentes lo que había hecho.
Creen que actuó por celos: después de romper la relación, ella mantenía contacto con otro chico. Al llegar los agentes a la casa, tras la denuncia familiar, él reconoció que le había hecho daño (ya se lo había confesado a su propia madre), pero no les facilitó las llaves del trastero. Los bomberos tuvieron que romper la puerta. El arma homicida, una navaja, ha sido ya incautada.
Claudia y Johan se habían conocido en una academia en Lorca. Precisamente la madre de la víctima la echó en falta ayer al mediodía, no había ido a clase y empezó a buscarla. Ya de madrugada tuvo la respuesta. Terrible.