Así te contó Antonio Herrero en COPE la liberación de Ortega Lara

Hace 25 años una imagen sacudió España, la del funcionario de Prisiones José Antonio Ortega Lara recién liberado

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Archivo COPE: Antonio Herrero anuncia en COPE la liberación de Ortega Lara

María Bandera

Publicado el - Actualizado

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Hace 25 años una imagen sacudió España, la del funcionario de Prisiones José Antonio Ortega Lara, demacrado y asustado. Ortega Lara que sufrió el secuestro más largo perpetrado por ETA, había sido liberado tras 532 días encerrado en un zulo.

Eran las 7 de la mañana cuando Antonio Herrero al frente de 'El primero de la mañana' de COPE anunciaba el fin del secuestro. "Atención porque las noticias de última hora saltan en estos momentos a los micrófonos (...) podemos adelantar en estos micrófonos de la COPE que Ortega Lara el funcionario de prisiones secuestrado por la banda terrorista ETA desde hace 532 días ha sido liberado".

17 de enero de 1996. Ortega Lara había sido abordado en el garaje de su vivienda en Burgos, cuando regresaba de su trabajo en la cárcel de Logroño, por tres etarras que le introdujeron en el maletero de su coche y luego le trasladaron en un camión, oculto en una máquina especialmente preparada, hasta un zulo en una nave industrial de Mondragón (Gipuzkoa). Tres días más tarde d ETA reivindicaba el secuestro en una llamada telefónica al diario "Egin".

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Durante el secuestro, ETA envió a ese periódico fotografías del funcionario para demostrar que se encontraba en buen estado e, incluso, el propio "Egin" publicó una carta manuscrita en mayúsculas por Ortega Lara en la que pedía a sus compañeros que cesaran en el maltrato a los presos de la banda, y al Gobierno, que negociase.

Fueron meses de esperanza -el 14 de abril la banda liberó al empresario guipuzcoano José María Aldaya tras 341 días de cautiverio- y de desesperación porque los días transcurrían, el funcionario seguía cautivo y ETA continuaba perpetrando secuestros, como el de Cosme Declaux, hijo de un destacado empresario vizcaíno, el 11 de noviembre de ese año.

LA OPERACIÓN DELFÍN-PULPO

A la Guardia Civil le costó dar con la pista que condujera a la nave del encierro, pero luego no la abandonó. Fueron días y noches vigilando en una situación hostil. Todas las precauciones eran pocas. No solo porque había que evitar ser vistos por las personas que podían trabajar en el polígono, sino por la propia orografía, la humedad del río sobre el que se encontraba la nave o lo escarpado del terreno.

Apenas se producían movimientos en la nave. Apenas dos personas entraban y salían de ella.

Pero la Guardia Civil estaba convencida de que Ortega Lara se encontraba allí. Antes de su liberación, los agentes detuvieron a los cuatro etarras responsables del secuestro, uno de los cuales, Jesús María Uribeetxeberría Bolinaga, fue trasladado al zulo.

Coordinada por el entonces juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, la operación Delfín-Pulpo se puso en marcha con 500 guardias civiles ante la dificultad para encontrar el escondite, oculto debajo de una máquina pesada. Mientras, Bolinaga negaba que el rehén se encontrara en la nave.

Un tapón pesado (unos mil kilos) que los terroristas lo movían con un mecanismo eléctrico y que precisó de muchas manos, dejaba a la vista el pequeño agujero por el que un agente tuvo que entrar boca abajo. Allí descubrió a Ortega Lara, quien convencido de que el guardia civil era un terrorista, solo acertó a decir: "Matadme de una puta vez".

En un estado lamentable, con 23 kilos menos y evidentes signos de haber sufrido en esos más de diecisiete meses fiebres, diarreas y hongos, Ortega Lara salió a la superficie.

El zulo visto por Antonio Herrero: "Lo más lóbrego y terrorífico que he visto"

Antonio Herrero relataba tiempo después cómo era ese zulo. "Es lo más impresionante que todos los oyentes puedan imaginar. Una habitación enana, con unas maderas de chapa que gotean humedad, con una fotografía de la Concha nevada. Con un camastro. (...) Es lo más lóbrego y terrorífico que he visto. Ni siquiera los campos de concentración nazis que he visitado tienen la crueldad que tiene esto. Es una habitación pequeñísima con una ventana por el que le pasaban la comida (...) No hay absolutamente ninguna luz exterior ni atisbo de humanidad. Este zulo se tendría que mantener tal como está para dar testimonio del horror y la bestialidad a la que llegan estos criminales, estos etarras (...) Yo me doy con la cabeza en el techo en el punto más alto. Y aquí pasó 532 días este hombre, la mayor parte del tiempo en cuclillas intentando protegerse a sí mismo, refugiándose en su propio cuerpo".

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Antonio Herrero describe cómo era el zulo donde estuvo secuestrado Ortega Lara

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