Así fue la agonía de Ortega Lara durante 532 días en un minúsculo zulo
El funcionario de prisiones fue encontrado en un grave estado de desnutrición y desorientado
Madrid - Publicado el - Actualizado
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532 días. Ese es el tiempo que José Antonio Ortega Lara permaneció secuestrado por la banda terrorista ETA en un zulo de madera, húmedo y frío de tres metros de largo, dos de ancho y 180 centímetros de alto. El mayor periodo de cautiverio que ha sufrido una víctima de la banda. Un secuestro que gracias a la intervención de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado llegó a su fin el 1 de julio de 1997.
La agonía del ahora militante de Vox comenzó el 17 de enero de 1996 cuando Ortega Lara fue secuestrado en el garaje de su casa de Burgos por dos miembros de ETA. La ausencia de pistas iniciales complicaban el rescate del por aquel entonces abogado y funcionario de prisiones, que tras la negativa del Gobierno vasco a conceder el acercamiento de los presos etarras a Euskadi se encontraba en grave peligro.
La Guardia Civil llevó a cabo numerosas líneas de investigación, algunas de ellas se cerraban a los pocos días y otras duraban meses, pero todas ellas acababan con el mismo resultado hasta que el 26 de noviembre de 1996 una operación policial en Francia que permitió detener al jefe del aparato logístico de ETA, Juan Luis Aguirre Lete, cambió el rumbo de la investigación con la primera pista del paradero de Ortega Lara, una libreta que el etarra tenía en su poder y en la que había escrito una nota que había llamado la atención de los agentes '5k BOL. Ortega'. Es en ese mismo año tras la detención de otro miembro de la banda, Daniel Derguy, se localiza un segundo documento que vuelve a citar las letras BOL. Ante la aparición de esta nueva pista los investigadores comenzaron a buscar lugares que pudieran ajustarse a estas tres letras, apodos, apellidos...Tras semanas de búsqueda los investigadores por fin manejaban un nombre, Josu Uribetxeberria Bolinaga, un simpatizante de la izquierda abertzale de Mondragón, un hombre de aparente vida normal al que la policía vigiló durante meses y del cual empezó a sospechar por sus continuas idas y venidas a un taller industrial de su pueblo.
Fue en la madrugada del 1 de julio de 1997 doscientos agentes de la Guardia Civil detuvieron y trasladaron a Bolinaga al taller industrial en el que creían que se encontraba secuestrado Ortega Lara. El detenido se negó a colaborar con los agentes, que tras buscar dobles fondos y compartimentos ocultos encontraron al funcionario de prisiones en grave estado de desnutrición y desorientación en un zulo que se encontraba detrás de una máquina industrial.