Así se las gastaba Gil como alcalde de Marbella: "Cuando me destituyó de concejal me tuve que marchar a Cuba"

Entrevista con Antonio Sampietro, el primer concejal de Urbanismo de Gil en el Ayuntamiento de Marbella

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Así se las gastaba Gil como alcalde de Marbella: "Cuando me destituyó de concejal me tuve que marchar a Cuba"

José Melero Campos

Publicado el - Actualizado

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Si citamos nombres como Carlos Fernández, Enrique Osuna o Antonio Sampietro, probablemente a casi nadie les suene de nada. No obstante, todos ellos fueron los gestores de la Marbella gobernada por Jesús Gil entre 1991 y 1999. Algunas de estas figuras formaron parte de la fundación del Grupo Independiente Liberal (GIL), con el que el también presidente del Atlético de Madrid concurría a las elecciones municipales de 1991, en las que arrasó en las urnas.

La persona de Gil y su trayectoria vuelven a estar de actualidad, después de que el pasado domingo se estrenara su documental de no ficción ‘El Pionero’, emitido en HBO. En COPE.es hemos entrevistado a una de las personas que se embarcaron con él en la aventura de regir los destinos de uno de los municipios más ricos del país, pero que finalmente fue defenestrado por no compartir una manera de actuar repleta de irregularidades.

Fue el caso del que fuera concejal de Urbanismo en el Ayuntamiento marbellí entre 1991 y 1994, Antonio Sampietro. Era el predecesor del condenado Juan Antonio Roca.  Sampietro nos ha confesado que visionó el estreno del documental: “Lo seguimos con interés, yo creo que al igual que todo el pueblo de Marbella. Se ha hecho mucha publicidad. Ha habido pancartas incluso en la playa. En cuanto a las sensaciones que me dejó el estreno, es que Gil era un adelantado a su tiempo, cuando tan solo había dos partidos, PP y PSOE, y era muy difícil entrar en política. Otros personajes como Mario Conde también lo intentaron, se le echaron encima y cayó en picado.”

Sampietro recuerda la primera vez que contactó con Jesús Gil. Fue en Marbella: “Yo soy arquitecto técnico, y contactaron conmigo para formar parte del proyecto político del GIL. La verdad es que tardaron tiempo en convencerme, pero acabé por aceptar. Aquello fue un año antes de las elecciones municipales de 1991, en las que Gil venció con mayoría absoluta.”

El que fuera concejal de Urbanismo en su primera Legislatura, entre 1991 y 1994, reconoce que el proyecto en sí no fue lo que le sedujo: “Me motivaba la situación caótica que vivía Marbella por aquel entonces. Estaba abandonada y era un desastre, con muchos problemas. Algunos incluso nos planteamos dejar de vivir allí.”

Sampietro tomó las riendas de Urbanismo, el epicentro de la corrupción marbellí, aunque aquello llegaría más tarde, en la etapa de Roca, hoy encarcelado. No obstante, las irregularidades comenzaron desde el primer momento. Sampietro asegura que él no quiso formar parte de aquella trama corrupta, motivo por el que fue destituido: “Los proyectos que entraban en la comisión de gobierno lo hacían sin informes técnicos y jurídicos, por lo que los echaba para atrás. Si en zona verde no se puede edificar, no podía darle el visto bueno. Un día, Jesús Gil decidió destituirme por Roca, para agilizar los trámites y conceder las licencias. Visto en perspectiva, que yo no pasara por el aro evitó que entrara en la cárcel. Otros no tuvieron esa suerte por firmar determinados papeles por orden de Gil.”

Todo el mundo era conocedor en el Ayuntamiento marbellí de la red de corrupción que se estaba gestando en el municipio bajo el amparo del alcalde y de su brazo ejecutor al frente de Urbanismo: “Nadie comentaba nada porque había muchos intereses creados también por la Junta de Andalucía. Todo era ilegal, y a los que nos negábamos a participar, nos negaban el pan y la sal. Las corruptelas solo salieron a la luz cuando el GIL decide expandirse por Ceuta y Melilla, a finales de los años noventa. Fue entonces cuando interviene el Tribunal de Cuentas.”

La valiente decisión tomada por Sampietro, tuvo consecuencias: “Tuve que dejar temporalmente mi profesión en Marbella porque los proyectos que me encargaban desde el sector privado, me lo boicoteaban. Por eso, no tuve más remedio que marcharme tres años a trabajar a La Habana, entre 1994 y 1998.” 

Pese a las discrepancias que mantenía con el GIL, en 1998 aceptó formar parte de la expansión del partido, y dio el paso para presidir la ciudad de Ceuta: “Me presenté porque puse como condición que la dirección del partido no podía entrometerse en mi gestión, o de lo contrario me marcharía. Eso se cumplió. Prueba de ello es que yo no estoy imputado por nada en los casi tres años que goberné la ciudad. Luego la moción de censura en 2011 me impidió continuar.”

El ex responsable de Ceuta, asegura que con el paso de los años no se arrepiente de haber formado parte del partido: “Corruptos eran tres o cuatro, los que fueron condenados. El resto era gente válida y honesta. Pero lo cierto es que muchos hemos pagado caro nuestra trayectoria en el GIL por no saber decir que no a sus artimañas. Yo me salvé por unas horas.”

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