Ayuso, Susana Díaz o Errejón: guerras internas que pusieron en jaque a los líderes de los partidos
A menudo, se producen discrepancias en los partidos políticos en España que acaban trascendiendo a los medios de comunicación
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En los últimos tiempos, el Partido Popular sufre una crisis interna por el liderazgo de la formación en Madrid. Las discrepancias que protagoniza Génova con Sol acrecentan los rumores sobre un distanciamiento entre Casado y Ayuso. Unos comentarios que ganan fuerza si tenemos en cuenta de que ambos llevan sin coincidir en un acto público 40 días.
Sin embargo, y más allá del líder popular y la presidenta regional, existe otro político en el partido que se ha pronunciado directamente sobre esta crisis interna. Es Teodoro García Egea, secretario general del Partido Popular. Hace escasos días, consideró que Ayuso había "aceptado" que el congreso regional del partido se celebrase en el primer semestre de 2022, zanjando así esta cuestión.
Además, advertía de que las "polémicas internas" dan "oxígeno" al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez. Este tipo de discrepancias entre miembros de un mismo partido no es algo nuevo. Sucedió con Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre en 2015. Un ejemplo de muchos más. El por aquel entonces presidente del Gobierno, zanjaba la polémica sobre la supuesta petición que le habría hecho a Aguirre para que dejase la presidencia del PP madrileño.
El tema se comentó tanto por parte de los medios de comunicación, que el partido llegó a emitir un comunicado en el que manifestaban que Aguirre "acordó con la dirección nacional del partido que, si era elegida alcaldesa de Madrid, querría dedicarse en exclusiva al Ayuntamiento, y dejaría la presidencia del PP en la región". Dicha información trascendió porque Aguirre reaccionó a varias informaciones en las que se afirmaba que la dirección nacional de su partido quería que dejase ya la presidencia para nombrar una gestora encargada de completar las listas para las elecciones municipales.
La situación se complicó tanto que la propia Aguirre hizo mención indirecta a Rajoy en su cuenta oficial de Twitter. "No me presento como candidata para que el programa y la lista los hagan otras personas con las que no coincido. No soy un monigote", escribía a través de su red social.
En COPE, Aguirre desvelaba que había recibido dos llamadas. De María Dolores de Cospedal y Mariano Rajoy. "Yo recibí la llamada de Rajoy a las 19 horas del viernes, después de la discusión con Cospedal, en la que ella lo que me decía es que tenía que dejar la presidencia del partido. Como yo le dije que no, pues estuvieron reunidos, esa es la cuestión".
Días después, Aguirre aseguraba en una entrevista que ya estaba "todo aclarado". "Mi compromiso es que si soy alcaldesa no me voy a presentar al próximo Congreso Regional. Habrá un Congreso y serán los militantes quienes elijan al presidente del partido en Madrid", insistía Aguirre.
Toda esta circunstancia se producía en marzo de 2015. Tres meses después, en junio, Aguirre abandonaba la presidencia del PP tras convocar un Congreso regional extraordinario.
Otro de las formaciones políticas en España que sufrió discrepancias internas cuando apenas empezaba a caminar es Podemos. Nos remontamos al año 2016. Errejón e Iglesias tuvieron un cruce de reproches que sacudían al partido. El primero de ellos era secretario de Política de la formación aseguró a Iglesias que no renunciaría a la defensa de sus propuestas en la segunda Asamblea Ciudadana Estatal (Vistalegre 2) mientras hacía un llamamiento a la unidad. "Como militante, mi única forma de ser leal es decir la verdad incluso cuando no estemos de acuerdo; es defender las ideas en las que creo y que creo que más nos ayudan a hacer camino. Bien sabes que no han sido ni son incompatibles contigo, bien al contrario", escribía en una 'carta abierta' dirigida a Iglesias y que publicó en su cuenta personal de Twitter.
La crisis aparente que mantuvo Errejón con el partido se prorrogó tres años más hasta que decidió abandonar su escaño en el Congreso. Su renuncia llegaba tras las presiones que había sufrido de Echenique, que llegó a sugerir que se mantenía en el escaño "porque de algo tiene que vivir hasta mayo".
En el bando socialista también se ha producido una sonada discrepancia protagonizada por Susana Díaz y Pedro Sánchez. La estrategia del PSOE en 2018, con la mirada puesta en las municipales, autonómicas y europeas del año siguiente, dejaban entrever las tensiones internas.
En esas fechas, la presidenta andaluza manifestaba en diferentes entrevistas que "las exigencias al Gobierno de Sánchez van a ser las mismas que al anterior ejecutivo". Ambos se dispustaron la presidencia de la calle Ferraz y alcanzar la secretaría general les mantuvo a los dos en un "tira y afloja" que tampoco se molestaban en esconder. Díaz siempre discrepó de la estrategia de Sánchez, su eterno rival.
El PSOE pasaba por una crisis de apoyos electorales, con el PP gobernando con una cómoda mayoría absoluta en España y en buena parte de los ayuntamientos y las CCAA. Dos meses después de hacerse con la victoria en las primarias, llegaron los primeros enfrentamientos. Cómo gestionar el auge de Podemos fue el motivo de discordia, ya que Susana Díaz siempre mostró sus reservas a pactar con el partido de Pablo Iglesias. Algo que finalmente terminó por producirse.
En el ala socialista, también recordamos la tensión que protagonizaban Juan Carlos Rodríguez Ibarra y José Luis Rodríguez Zapatero. Ibarra fue secretario general del PSOE de Extremadura y se convirtió en una de las voces más críticas con Zapatero dentro del propio partido. Un ejemplo de ello es que, justo antes de comenzar el 37 Congreso Federal del PSOE, Ibarra mostró su firme opinión contraria a las reformas que querían plantear en la ejecutiva. Así, el líder de los socialistas en Extremadura también criticó la intención de Zapatero de renovar en un 50% a los miembros de la Comisión Ejecutiva Federal.
"No sé muy bien qué va a ocurrir, pero creo que habría que intentar no batir récords", aseguraba Ibarra. Ayuso, Díaz o Errejón. Tres ejemplos que demuestran que las guerras internas en los senos de los principales partidos se producen, pasen los años que pasen y aunque las formaciones vayan evolucionando con el transcurso del tiempo.