Cadenas de suministros rotas por la guerra "se reharán" a corto o medio plazo pero será "necesario" diversificar energía

Europa Press

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Las cadenas de suministro, rotas ahora mismo por la guerra de Ucrania, "tienden a rehacerse" a corto o medio plazo, porque las empresas privadas "buscan constantemente alternativas para su propia ganancia". Así lo ha señalado el profesor de Dirección de Operaciones y Logística del MBA de UNIR Joaquín Azpitarte, quien ha considerado, sin embargo, que sería "necesario" diversificar los proveedores de energía, algo más complicado al depender de estrategias estatales.

En una entrevista concedida a Europa Press, Azpitarte ha apuntado que "hay dos variables a tener en cuenta" en el problema de la logística y el comercio internacional en tiempos de guerra. Por un lado, "las sanciones políticas, en este caso, a Rusia", y, por otro, "el efecto propio de la guerra, que impide que se pueda producir o comerciar de la misma forma que en tiempos de paz".

Ha recordado el experto que "los bienes de consumo nos llegan a través de una cadena de suministro, compuesta de múltiples etapas productivas y de distribución", de modo que "si cualquiera de estas etapas de la cadena se viese afectada, el producto podría no llegar a los distintos distribuidores finales ni a los comercios". Una cadena que incluye, entre otros, la extracción de las materias primas, el almacenaje, el transporte, la fabricación de componentes y el producto final.

En este momento, la guerra de Ucrania puede producir afecciones en las materias primas como el petróleo, el gas, el trigo o el girasol; en el transporte, "tanto el marítimo como el terrestre", aunque aún no se han dado problemas en los oleoductos o gaseoductos; o en los propios centros de producción.

A juicio de Azpitarte, "no siempre eres consciente de que haya problemas en la cadena de suministro hasta que constatas que los productos no llegan", como puede ocurrir con el petróleo o el gas ruso, esencial sobre todo en los países del norte de Europa "o como pasó durante la pandemia, con los productos médicos provenientes de China".

Con todo, ha considerado que "las cadenas de suministro se rehacen con relativa facilidad", si bien pueden llevar "un tiempo", y ha puesto como ejemplo el trigo, dado que habría que esperar a sembrarlo, dejarlo crecer y "organizar las infraestructuras logísticas para su recolección, almacenaje y distribución". "La tendencia -ha afirmado- es a que las cosas tiendan a regularse y a reequilibrarse dado que los distintos agentes que participan en el proceso tienen un incentivo para ello".

Por eso, opina que "mientras se adapta el sistema, hay que diversificar" y "contar con "medidas de prevención", tanto para evitar los riesgos como planes de contingencia, una vez que se han dado las circunstancias adversas.

Algo "más sencillo" de hacer para las empresas privadas, "ya que contemplan la gestión de riesgos empresariales", contando para ello con "diferentes proveedores, de modo que, si fallase uno, cuenta con dos o tres más, minimizando con ello los riesgos y los efectos adversos".

Lo que, para Azpitarte, no supone una buena solución es la de "volver a un sistema autárquico", porque "si solamente tienes un mercado interno, la competencia se reduce muchísimo", lo que conduce a que "tanto la calidad como el coste" de los productos "se resientan".

Más complicado resulta seguir este patrón en el caso de la energía "que suele contar con una estrategia estatal y cuyas fuentes son más complejas de sustituir", por lo que también deberían diversificarse. Como ejemplo, ha puesto Alemania "que no debería depender en un porcentaje tan alto del gas ruso" o España, "que no apuesta por la autosuficiencia energética al prohibir el 'fracking' y desmantelar las centrales nucleares".

Por todo ello, considera que, "a medio plazo, productos como el trigo y el girasol, no tendrían por qué faltar", porque se trata de un problema "muy focalizado en Ucrania" y se va a buscar producción "en otros países". "Sin embargo, el problema energético, en la medida en que afecta al combustible y por lo tanto a los medios de transporte sí puede afectar de manera más importante a las cadenas de suministro".

"Los problemas logísticos tienden a solucionarse", ha asegurado el experto. Por eso, también ha incidido en que "con la escasez, es importante que los precios suban", porque es "un incentivo, una llamada a los empresarios", para buscar alternativas a lo que pueda estar faltando.

"Las cadenas de suministro globales -ha añadido- se irán rehaciendo con otras estructuras y por otros cauces. Habrá nuevos empresarios que produzcan bienes y otras formas de transportarlos. El sector energético sin duda es más complejo. En la situación actual es el cuello de botella de la mayoría de las cadenas de suministro, mientras falte combustible".

"Pero ahí también, a la larga, habrá que buscar nuevas formas de producción y distribución. Finalmente, y en el peor escenario, si Rusia cortase el suministro de gas y de petróleo, habría que hacerse con fuentes energéticas alternativas a largo plazo", ha finalizado Joaquín Azpitarte.

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