La sequía amenaza la supervivencia del campo: "Dejamos muy poca agua embalsada para cuando es necesaria"

El calor y la falta de lluvia están llevando a la ruina a muchos agricultores. La Mañana Fin de Semana de COPE explica la situación del campo, que se manifiesta este domingo

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Las altas temperaturas que tenemos y la falta de lluvias están llevando a la ruina a muchos agricultores españoles. Esta semana hemos conocido que el Gobierno ha aprobado un paquete de medidas urgentes para apoyar al sector agrario y amortgua la sequ´ñia y, de esta manera, hacer frente a la situación de sequía que estamos viviendo. El plan incluye más de 2.000 millones en ayudas a agricultores y ganaderos, además de una inversión de 22.000 millones para la mejora de regadíos.

Y es que para todos aquellos productores que, por ejemplo, tienen olivos, cereales o vides, la situación es dramática. Y lo peor es que no parece que las próximas semanas vayamos a ver la lluvia. La capacidad de nuestros embalses se sitúa de media por debajo del 50% de su capacidad, casi un 20% por debajo de la media de la última década y esto en plena primavera.

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El cereal y el aceite

En Aragón, Extremadura o Andalucía ya se da por perdida toda la cosecha de cereal, además de estar en riesgo otros muchos cultivos. Juan Luis Ávila es un olivarero de Jaén y así contaba en Mediodía COPE cómo están ahora mismo sus tierras. "En una situación de normalidad nosotros tenemos en el olivar de regadío en torno a los 2500 metros cúbicos (de agua) por hectárea, el año pasado -que ya tuvimos una cosecha un 70% más baja de lo normal-, la dotación se redujo a 90 a 900 metros cúbicos por hectárea, y este año tenemos la friolera de 400 metros cúbicos por hectárea y sin haber llovido nada en toda la primavera, es decir que ya no solamente corre peligro la cosecha, es que corre peligro hasta el propio olivar.

Juan Luis contaba a COPE que va a ser muy complicado poder salvar la temporada de aceituna. "Ya no se puede salvar nada, si no tenemos fruto ahora, da igual lo que suceda en el mes de septiembre o de octubre, ya no podremos recuperar nada, en todo caso el poco fruto que haya en noviembre".

La sequía puede conducir a una escasez en las cosechas y cultivos de la campaña de verano. Los que más miran al cielo esperando que llueva son los olivareros, pero también los agricultores de frutas, de verduras, de almendras. "No he vivido una situación como la actual, una situación que podría haberse resuelto si la gestión de la cuenca del Guadalquivir fuese de otra forma. Tenemos una capacidad de embalse suficiente para en años como este poder tener el agua. El problema es que se pierde mucha los años que llueve y dejamos muy poca agua embalsada para los años que es más necesaria".

Dejamos muy poca agua embalsada para los años que es más necesaria

La situación del campo español no ha hecho más que empeorar. Si hace unas semanas el futuro de muchas cosechas aún estaba en duda, ahora muchas de ellas no saldrán adelante.

8 de cada 10 plantaciones con pérdidas irreversibles

Esta falta de agua que estamos sufriendo afecta ya a la mayor parte del campo español, según la COAG, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos. De hecho, 8 de cada 10 plantaciones de nuestro país se enfrentan a pérdidas irreversibles. Un 20% más que hace solo un mes.

En el caso del cereal se ha perdido toda la cosecha en la mayor parte de nuestro país. José Roales es un agricultor de Zamora y tiene sembradas 200 hectáreas de trigo y cebada. "Va a suponer que se cierren explotaciones y en el menor de los casos que se reduzca a la producción tanto de alimentos, como de leche o carne".

Especulación

En España hay 5 millones de hectáreas de cereales de secano que podrían echarse a perder. Algo que puede llevar a subir el precio. Un invierno muy seco y unas temperaturas muy altas durante la primavera han cortado de raíz el desarrollo de la cosecha. Según Roales, el responsable de cereal de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, uno de los motivos claros ha sido la climatología. Y otro la especulación. "se dedican a comprar alimentos o materias primas, las retiran del mercado cuando se desabastecen los mercados y eso hace que suban y que automáticamente ellos ganen más".

Subida de precios

Y es que la falta de precipitaciones ha hecho que cereales, como el trigo o el centeno, no se desarrollen como es habitual. Esto también va a provocar un aumento de los precios de determinados alimentos, como el aceite, el trigo o la patata. "Los más perjudicados son en primer lugar el productor y el último, el consumidor".

¿Por qué se produce esa conexión entre sequía y aumento de los precios?

La Mañana de Fin de Semana se lo ha preguntado al presidente de las cooperativas agroalimentarias de Córdoba, Rafael Sánchez de Puerta. "La sequía lleva consigo una bajada en cuanto a la producción y al final se traduce en una bajada de disponibilidad de productos y siempre que eso ocurre lleva aparejada una subida en los costes de las materias primas".

Estamos hablando de productos como el aceite de oliva, que, en este caso, está muy ligado a la disponibilidad y la producción en nuestro país. Los productores, como Rafael, explican que la campaña va a ser de todo menos normal.

Y del campo a la mesa y a los supermercados. Los expertos confirman esa relación entre la falta de lluvia, el calor y el aumento de los precios. Pero es que es un aumento que se suma al de los últimos meses que ya notamos y mucho en el bolsillo.

Esta misma semana conocíamos que los alimentos subieron en abril un 12.9 por ciento respecto al mismo mes del año pasado. Algo menos de lo que repuntaron en marzo pero que, aún así, nos dejan incrementos de un 50% en el precio del azúcar, del 31 en la mantequilla o del 27% en el caso de la leche.

Después de la escasez de agua y la emergencia climática son pocos los cultivos que no han sufrido los efectos de esta sequía. Los más afectados son los cereales de secano: el trigo, la cebada y la avena. Y ojo, porque hablamos de una pérdida irreversible en más de 3 millones de hectáreas.

Una pandemia, la guerra en Ucrania, la inflación disparada y ahora la sequía. Vemos cómo el sector agroalimentario lleva varios años intentando sobrevivir. La falta de lluvia representa ahora el mayor peligro, como también lo es para los bolsillos de los consumidores.

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