Casado, Rubalcaba, Almunia, Borrell, Hernández Mancha y Fraga: liderar la oposición no siempre lleva a Moncloa
Pablo Casado podría convertirse en el último líder de la oposición que tiene que dejar su puesto sin llegar a Moncloa
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Pablo Casado parece estar viviendo sus últimas horas como presidente del Partido Popular. El líder de la oposición ha vivido en primera persona una de las peores crisis internas de la historia de su partido, desencadenada tras su enfrentamiento con Díaz Ayuso a raíz de la comisión cobrada por el hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Los acontecimientos se han precipitado en las últimas horas, con la práctica totalidad de los barones y hombres de confianza de Casado pidiendo la convocatoria de un congreso extraordinario para sustituirlo como líder del PP. Casado se quedará, en principio, sin la posibilidad de llegar a la presidencia del Gobierno una vez que Sánchez abandone Moncloa. Es el camino lógico para los líderes de la oposición, pero no siempre se cumple.
Alfredo Pérez Rubalcaba, Joaquín Almunia, Josep Borrell, Antonio Hernández Mancha y Manuel Fraga son los políticos que han liderado la oposición sin llegar en ningún momento a alcanzar la presidencia del Gobierno.
Rubalcaba pilotó la transición del zapaterismo al sanchismo
Alfredo Pérez Rubalcaba fue el encargado de recoger los pedazos del Partido Socialista tras la salida de Rodríguez Zapatero. Una situación muy complicada, con un PP con mayoría absoluta y el PSOE con los (por entonces) peores resultados de su historia. Rubalcaba, que había sido vicepresidente con Zapatero, fue el candidato elegido para representar al PSOE en las elecciones de 2011, que sabían perdidas de antemano.
Después, tuvo que pelear el liderato del PSOE con Carme Chacón, a la que venció en el Congreso de Sevilla, consolidando su posición como líder de la oposición. Pero los malos resultados electorales en las elecciones europeas de 2014 precipitaron su dimisión, no sin antes rendir un último servicio a España con un papel clave en facilitar la transición del reinado de Juan Carlos al de Felipe VI.
Rubalcaba abandonó la política y volvió a su puesto de profesor universitario hasta su muerte repentina en 2019.
Joaquín Almunia y la difícil tarea de sustituir a Felipe González
Tras 13 años como presidente del Gobierno y varias mayorías absolutas, Felipe González tuvo que abandonar Moncloa en 1996 tras la victoria de José María Aznar en las elecciones generales. Cuando González anunció que abandonaba el liderazgo del PSOE, Joaquín Almunia se enfrentó a una situación inédita, ya que durante 20 años el PSOE había tenido el mismo secretario general.
Tras ser elegido secretario general del PSOE en 1997, Almunia tuvo que enfrentarse a un nuevo reto, ya que Josep Borrell se presentó y ganó las primarias internas para elegir al candidato a la presidencia del Gobierno en 1998. Durante un tiempo, tuvieron que vivir la difícil cohabitación de que el candidato a la presidencia del Gobierno y el secretario general no fueran la misma persona, asunto que se resolvió con la renuncia de Borrell un año después.
Almunia finalmente se presentó a las elecciones de 2000, en las que hizo frente común con IU y Paco Frutos para echar a Aznar. El PP arrasó, Aznar obtuvo la mayoría absoluta y Almunia renunció al cargo. Después, tuvo un papel destacado en la Comisión Europea, donde fue comisario entre 2004 y 2014.
Borrell y su efímero y discutido liderazgo
Josep Borrell vivió un efímero periodo como candidato a las elecciones por parte del PSOE tras su victoria por sorpresa ante Joaquín Almunia, que contaba con el apoyo del aparato del partido, en 1998. Fue la primera vez en la que un partido político en España celebraba unas primarias abiertas a la militancia y el resultado no gustó a los dirigentes socialistas. Durante un año, Borrell sufrió numerosas presiones para que dimitiera, y el escándalo de fraude fiscal de su antiguo colaborador José María Huguet precipitó su caída.
Después, Borrell ha continuado una prestigiosa carrera política, siendo presidente del Parlamento Europeo, ministro de Asuntos Exteriores y actualmente Alto Representante de la Política Exterior de la Comisión Europea.
Hernández Mancha y una moción de censura
El de Antonio Hernández Mancha es recordado como un liderato breve marcado por una moción de censura. Cuando en 1986, Manuel Fraga decidió abandonar la presidencia de AP ante la dificultad de desbancar a Felipe González, el partido se vivió unas a las que se presentaron dos candidatos a sustituir a Fraga: Herrero y Rodríguez de Miñón y el propio Hernández Mancha. El entonces diputado andaluz fue el vencedor y pasó a liderar la formación. El primer problema que se tuvo que enfrentar fue el no ser diputado, lo cual dificultaba su oposición a Felipe González.
Para solventarlo, decidió someter al presidente (que contaba con mayoría absoluta) a una moción de censura que tenía imposible ganar, con la intención de darse a conocer entre el gran público. Sin embargo, el líder popular no salió muy bien parado de su duelo verbal con Alfonso Guerra, y quedó marcado por esta derrota parlamentaria el resto de su breve mandato. En 1989, Fraga volvió y Hernández Mancha se retiró de la política para siempre.
Fraga, el eterno líder de la oposición que fundó el PP
Manuel Fraga fue el primer hombre que lideró la oposición al entonces superpoderoso PSOE de Felipe González. Tras la debacle de UCD, la Alianza Popular de Fraga se erigió en el principal partido de la oposición, pero con un número de votantes y de diputados muy escaso para ser percibido como una alternativa real. Durante más de una década, Fraga realizó un proceso para tratar de aglutinar al votante de centro derecha y alejarse de la imagen de ministro franquista que lo acompañaba en sus inicios.
El proceso culminó con la refundación de AP para convertirse en el Partido Popular. Tras finalizar su obra, Fraga dio paso a José María Aznar y decidió presentarse a la presidencia de la Xunta de Galicia, que dirigió entre 1990 y 2005. Falleció en 2012.