Cautela en La Moncloa por el "tirón" de Puigdemont sobre ERC
El Gobierno está decidido a ganar tiempo y ver si Pere Aragonés va a aguantar el tirón
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La detención este jueves del expresidente de la Generalitar Carles Puigdemont en Cerdeña complica las cosas en el gobierno de Pedro Sánchez. No solo en la recién estrenada mesa de diálogo con el gobierno catalán, sino también en plena negociación de los presupuestos y su relación con sus socios catalanes. ¿Cómo se ha encajado desde Moncloa esta nueva situación?
En La Moncloa son conscientes de que, aunque ERC sea socio prioritario para la Legislatura, su conducta es ahora mismo una incógnita. La cautela está siendo la guía de acción en un complejo presidencial pendiente de la sucesión de acontecimientos. Con Pedro Sánchez desplazado en La Palma, la batuta está en manos del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños.
El Gobierno está decidido a ganar tiempo. De ahí su reacción contenida, de libro, el consabido “respeto a las decisiones de los tribunales”, en este caso italianos, toda vez ha interiorizado los riesgos surgidos para la entente con sus costaleros separatistas. Y ello sin apartar la mirada de la negociación de los nuevos Presupuestos, so pena de hacerse cuesta arriba la vital complicidad de los 13 diputados de ERC en el Congreso.
Si Pere Aragonés "va a aguantar el tirón", resulta la clave para el Ejecutivo que, asume, el presidente de la Generalidad de Cataluña va a amoldarse a las circunstancias. “A corto plazo”, al menos, auguran en La Moncloa tensiones con los republicanos. Sin embargo, quieren confiar “a medio y largo plazo” en “la resistencia” de Aragonés para mantenerse alejado de JxCAT. Por lo tanto, el Gabinete de Sánchez quiere descontar su estabilidad de aquí al final de la Legislatura.