Del "amo a España" de Junqueras al "relato peliculero" de Forn

COPE asiste al discurso político de Junqueras y las contradicciones de Forn ante el trubunal que juzga el Procés

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Maribel Sánchez Margallo

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Comenzó la sesión con un Oriol Junqueras que "ama a España y a las gentes de España" y acabó con el duelo dialéctico de Joaquín Forn que acusaba al fiscal Fidel Cadena de hacer un "relató peliculero" del referéndum ilegal del 1-O.

Es verdad que al primero le pueden caer 25 años de cárcel y al que fuera su consejero de Interior, 16. Y la diferencia se nota. Fue distinto el contenido de la declaración y también la forma en la que veíamos como se iba desarrollando la sesión desde el interior del Salón de Plenos del Tribunal Supremo, en el que se celebra un juicio que puede cambiar la Historia de España.

El exvicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, demostró que es plenamente consciente de que se le considera el "cabecilla de los independentistas". Empezó su intervención (solo aceptó preguntas de su abogado, Andeu Van Den Eynde) titubeante y arrastrando la "a", que es un tic que le caracteriza. Poco después fue cogiendo confianza y acabo viniéndose arriba.

Gesticulaba con pasión y llegó a pedir disculpas, incluso, por "expresarse con tanta pasión". De ahí pasó a negar que hubiera "cometido ningún delito", afirmó que siempre ha estado "en contra de la violencia", se definió como un "preso político "y acabo declarando se amor a España. Textualmente dijo que "ama a España y a las gentes de España". Fue su minuto de gloria después de llevar año y medio en presión y reconocer que "tenía muchas ganas de hablar".

Mientras tanto, desde la zona de la sala en la que me encontraba, veía como las dos representantes del Gobierno catalán, Elsa Artadi y Ester Capella, no paraban de comentar lo que estábamos oyendo el centenar de personas que estábamos allí y los millones de espectadores que pueden seguir este juicio a través de la web del Tribunal Supremo.

De hecho, Artadi ha demostrado ser bastante inquieta. Hurgaba en su bolso, bebía agua de una botella que volvía a esconder, no paraba de preguntarle a Capella y hasta se le ha escapado unas risas que provocaban el enfado del presidente del tribunal.

El juez Manuel Marchena tuvo que "llamar al orden" a los presentes (el no veía quien estaba provocando el ruido) y, ante tanto silencio y tanta solemnidad, Elsa Artadi acabo abandonando la sala, sin pedir permiso, antes de que acabara la sesión.

La política catalana se perdió el rifirrafe del ex consejero de Interior de la Generalitat, Joaquim Forn, con el fiscal y la paz que volvía a la sala cuando empezó a preguntar su abogado.

Un juicio, por tanto, que ha dejado de ser "de guante blanco". Los acusados empiezan a dar muestras de nerviosismo y el juez Marchena ha dejado bien claro que, aunque les permita abrazar a sus familiares al final de cada sesión, en la sala manda él. No ha permitido ni una réplica de la defensa ni de los abogados de la acusación particular.

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