Sin micrófonos | La detención de Los Charlines evidencia "la vergüenza" de la reiteración en el narcotráfico

Manuel Charlin

Juan Baño

Publicado el - Actualizado

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Más de 10 de los 28 detenidos en este último golpe contra el narcotráfico en Galicia ya habían sido detenidos en operaciones anteriores. No solo hablamos de Manuel Charlin o de su hijo Melchor, con un amplio historial al servicio del tráfico de cocaína y sus derivadas. Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía encontraron a lo largo de los dos años que ha durado esta investiagación un largo listado de viejos conocidos del sector. A la cabeza, Víctor Manuel Pérez Santos, contra quien había una orden de búsqueda y captura cuando fue detenido en 2007 por su presunta intervención en el trasnporte de 4500 kilos de cocaína a bordo del buque Oceania II. La mercancía, como en esta ocasión, procedía de Colombia. También como ahora, parte de los arrestos se produjeron en Galicía, en la comarca de Barbados, y otros detenidos lo fueron en Madrid.

La historia se repite con un mimetismo tan milimétrico que un alto responsable del dispositivo que ha terminado con la última gran incautación de cocaína camino de nuestras costas califica la coincidencia como “una vergüenza”. Alguien debe de revisar cómo planteamos el combate contra este desafío criminal para evitar lo que define un profesional en la materia como síndrome de Penélope: lo que la Policía teje por el día alguien lo desteje por la noche.

Agentes de los Grupos de Respuesta Especial contra el crimen Organizado (GRECO) en Galicia han liderado una investigación que, como siempre, en estos casos suele poner los ojos en el punto de partida de la droga: Colombia. De hecho el nombre de la operación, Barrancabermeja, hace referencia a la capital de estado colombiano de Yariguies. Otras referencias geográficas vuelven a ser las mismas que en el pasado más inmediato: en la capital de España han sido detenidos dos hermanos Echeverría. Creen los investigadores que eran los responsables presuntamente de establecer los contactos con Sudamérica. A medio camino entre Madrid y Galicia, a la altura de Benavente (Zamora) se producían los encuentros y las reuniones a las que ha estado siguiendo la pista la policía durante muchos meses.

Los transportistas de la droga se alían

La novedad en esta ocasión, a decir de uno de los responsables del operativo, ha sido la intervención de 5 o 6 personajes de relieve en las tramas del narcotráfico. “Hay una especie de organización horizontal, con un reparto de papeles al mismo nivel, aunque alguien, no detenido aún, está por encima”. Había tanta gente “buena” que pusieron dos barcos. Este golpe ha desmantelado a “los transportistas”. Queda por detener ahora al “organizador”, la mente que ha dirigido el negocio desde fuera. Fuentes al tanto, aseguran a COPE que esa persona podría estar ya identificadada pero se necesita tiempo. Habrá capítulo dos de la caida del Titán.

El carguero Titán transporta en este momento hacia Canarias, bajo control de la policía y el servicio de vigilancia aduanera, 2500 kilos de droga, escondida en un doble fondo de la embarcacion desde que partiera de Venezuela, en concreto de la desembocadura del río Orinoco. La carga fue trasladada hasta allí por tierra desde Colombia. Es la nueva táctica que utilizan los narcos para despistar a la policía. El problema al que se enfrentan es que “desde hace dos años todo lo que intentan colar se les tumba”, nos dice un experto investiagdor. A la altura de las islas Azores, donde fue intervenido el barco nodriza, un pesquero gallego, el Sempre Cacharelos, se trasladó a recoger la droga para depositarla en algún puerto del litoral gallego. Sus tres ocupantes también han sido arrestados. Se supone que habrían cobrado por el trabajo un 20% del material, unos 500 kilos del alijo.

Otra novedad que observan los investigadores es que “se están aliando entre si las distintas organzaciones del transporte de la droga”. Ya ocurrió con la caida reciente de Sito Miñanco. También fueron pillados entonces Daniel Pérez Lago o Ramón Somoza. Muchos nombres clásicos en un mismo operativo. Los narcotraficantes ponen toda la carne en el asador para intentar vencer la resistencia de un combate policial que, según los propios policias, por ahora ganan las fuerzas y cuerpos de seguirdad.

Manuel Charlín: "estais obsesionados conmigo"

Aun así, “algo hay que hacer para evitar que el combate contra la droga sea el cuento de nunca acabar”, nos dice un agente. Piezas destacadas como Manuel Charlín, de 85 años, siguen pensando que el riesgo que corren les merece la pena. Ahora, al ser detenido, acusa a los policías de “estar obsesionado con él”, de que “es una victima del sistema”. Condenados a 25 años de cárcel como Jacinto Santos Viñas vuelven a caer al haber recobrado de manera temprana la libertad. La fiscalía es extremadamente cauta al pedir prisión si las pruebas o los delitos así lo aconsejan, siempre con el Código Penal en la mano. Muchos de los detenidos en esta opearción podrían quedar este viernes en libertad con medidas cautelares en una actividad criminal en la que la reiteración es moneda de cambio.

El que anda en el tema a esos niveles no lo suele dejar de por vida. Es la impresión de los investigadores. El propio paso por la cárcel lo utilizan para mejorar sus contactos. De hecho, a la estancia entre rejas la llaman “estar en la Universidad”. Eso al margen de que entrar en el prisión es “ir al Hospital”. El combate contra la droga “goza de buena salud”, según los que lo lideran. Sin embargo el malo aprovecha las ventajas legales para jugar su mejor carta: la reincidencia.

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