Diez años del día en el que todo Lorca tembló

El 11 de mayo de 2011 se predujeron dos seísmos en la ciudad murciana que cambiaron la vida de sus gentes. Nueve personas perdieron la vida y más de 12.000 se vieron afectadas

Edificios destrozados tras el terremoto. En imagen, la Iglesia de Santiago

David Ferreiro

Publicado el - Actualizado

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Se cumple una década del día en el que Lorca tembló. Un día que lo cambió todo en la ciudad murciana. Los vecinos difícilmente podrán olvidar aquella tarde del 11 de mayo, cuando, sin previo aviso, la tierra de echó a temblar.

Algo que quizás en algunas zonas pueda parecer raro, pero no en Murcia, una de las regiones que cuentan con mayor actividad sísmica de toda España. De hecho, en la zona de Lorca, se 'esconde' bajo tierra la falla de Alhama, una fractura que se encuentra en constante movimiento.

Por eso no es de extrañar que allí estén más acostumbrados a pequeños temblores, aunque muchos de ellos ni se llegan a notar. Sin embargo, aquel 11 de mayo fue diferente.

El reloj marcaba las 17:05 de la tarde cuando ocurrió por primera vez. La intensidad de este primer sismo, de una magnitud de 4,5 en la escala de Richter, ponía sobre alerta a una ciudad que, hasta ese momento, atravesaba un día normal.

Lo que pocos se podrían llegar a imaginar, es que vendría uno todavía peor. El reloj marcaba las 18:47 horas cuando la tierra, de nuevo, se echó a temblar. Esta vez con una fuerza mayor, alcanzando el nivel 5,1 de intensidad en la escala de Richter y causando una de las mayores catástrofes urbanas en la historia de nuestro país.

La escasa profundidad a la que había ocurrido el temblor, a tan solo un kilómetro y medio bajo las calles lorquinas, lo hizo desatarse con una especial violencia jamás sentida o vista en la localidad. El epicentro, el barrio de La Viña, quedó en parte reducido a polvo y escombros, al mismo tiempo que alguno de los edificios luchaba por seguir en pie.

El panorama fue desolador. Hasta nueve personas perdieron la vida aquella tarde, además de las más de 300 que resultaron heridas. El 80% de las viviendas de la localidad se vieron afectadas, además de 800 locales de negocio y varios monumentos de la ciudad, a lo que habría que sumar las casi 2.000 viviendas que se tuvieron que derribar tras el temblor.

La gente se agolpaba en las calles ante la situación, al mismo tiempo que los servicios de rescate y las fuerzas de seguridad trataban de calmar, como se podía, el nerviosismo presente en el ambiente. La reacción de estos, junto al papel de las organizaciones humanitarias, fue vital para conseguir atender a las más de 12.000 personas que se vieron afectadas.

Los temblores continuaron, en forma de réplica, durante todo el día, destacando la mayor de ellas, ocurrida a las 22:37 y que tuvo una intensidad de 3,9, llegándose a sentir, de nuevo, en la superficie. Aunque poco parecía importar para una población que no pegó ojo en toda la noche. Lo habían perdido casi todo.

Se calcula que hasta 7.000 personas no pudieron regresar a sus casas hasta pasado un año, en un trabajo de reconstrucción que obligó a la ciudad de Lorca a levantarse de entre los restos. Las pérdidas, humanas, materiales y de patrimonio cultural, cuantifican sus consecuencias como incalculables.

Consecuencias que, aún a día de hoy, pueden observarse en la ciudad murciana, que ante tal desastre todavía continúa en su periodo de reconstrucción, especialmente en la zona del caso histórico, con visibles 'cicatrices' de tan terrible accidente.

Cicatrices como las que todavía tienen, y tendrán, los vecinos de Lorca, que jamás olvidarán el día que la tierra comenzó a temblar para, de una vez para siempre, cambiar la historia del municipio.

Recordando a los nueve fallecidos

La placa que recuerda a los fallecidos en el seísmo

Al igual que no se olvidan de aquellos que, fatalmente, perdieron la vida aquel 11 de mayo. Por ellos, hoy se ha renombrado un parque situado en la Rambla de las Señoritas, en el Barrio de La Viña (la zona cero del temblor), que a partir de ahora será conocido como el 'Parque 11 de mayo'.

Allí, un monolito recuerda el fatal accidente natural, al mismo tiempo que nueve árboles, situados en la zona alta del parque, presiden y protegen la zona, en recuerdo de cada una de las nueve personas que perdieron la vida durante el sismo.

Diez años después, Lorca ha sabido levantarse, renacer. Ha sabido seguir adelante. Pero para mirar al futuro, también hay que recordar el pasado. Y aquel 11 de mayo no se olvidará jamás.

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