España: 50 años de vaivenes en Educación sin que se llegue a un acuerdo
La educación ha atravesado numerosos cambios a lo largo de la historia democrática de nuestro país
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El pleno del Congreso ha aprobado la reforma educativa propuesta por el Ejecutivo. Esto es, la denominada 'ley Celáa' (LOMLOE). El proyecto de ley que pretende sustituir la ley Wert ha obtenido 177 votos a favor, 148 en contra y 17 abstenciones. Un giro de rumbo en la educación que ataca de lleno a la libertad de los padres para elegir la formación de sus hijos, y también elimina el castellano como lengua vehicular.
Entre los principales cambios que el Proyecto de Ley Orgánica de modificación de la LOE (Lomloe) o "ley Celaá" propone para sustituir a la Ley Wert se encuentra el quitar peso a la clase de Religión, cuya nota no contará para conseguir becas ni tendrá una asignatura "espejo", y eliminar el concepto "demanda social" para crear plazas en centros concertados.
Por desgracia, la educación se ha empleado como instrumento político desde la llegada de la democracia en nuestro país. Una guerra de reformas y contrarreformas que se lleva desarrollando desde hace 40 años.
La Ley General de Educación (1970): una ley educativa de entrada a la democracia
La Ley General de Educación se aprobó en 1970 y llegó a estar vigente hasta diez años. La impulsó el titular de Educación José Luis Villar Palasí. Su medida 'estrella' fue la imposición de la enseñanza obligatoria hasta los 14 años. Esto se denominaba EGB, Educación General Básica, y se estructuraba en dos etapas. En la primera fase de ocho cursos, el alumno accedía al Bachillerato Unificado Polivalente o a la recién creada Formación Profesional.
La LOECE (1980): el golpe de Estado como telón de fondo
Esta fue la primera ley educativa que nació plenamente en la democracia. La elaboró el Gobierno de Suárez, con José Manuel Otero al mando de la Educación. El PSOE la recurría porque, a su parecer, no respetaba el espíritu de la Constitución. Por eso, acudieron al Constitucional. Tras la sentencia, la UCD debía haber revisado la normativa, pero el golpe de Estado y la victoria electoral del PSOE hicieron que jamás fuera una realidad. Por tanto, fue un amago de reforma en la educación que jamás llegó a producirse.
La LODE (1985): la incorporación de los centros concertados
La denominada Ley Orgánica del Derecho a la Educación ya incorporó el sistema de colegios concertados. Fue impulsada por el ministerio de José María Maravall. Esta normativa no afectó tanto a la estructura del sistema educativo, sino que regulaba la dualidad de los centros docentes, el derecho a la educación y la dirección democrática. En la misma, también se reguló la organización y funcionamiento de las Escuelas Infantiles y de Primaria.
La LOGSE (1990): se le da más poder a las autonomías
La Ley de Ordenación General del Sistema Educativo acabó definitivamente con la ley "germen", la LGE de 1970. La escolaridad obligatoria pasa a los 16 años y las autonomías tendrían más protagonismo en la elaboración de los contenidos educativos. Su gran impulsor fue Rubalcaba. Se incluye la ESO.
LOCE (2002): establecimiento de diferentes itinerarios en la ESO y el Bachillerato
Fue impulsada por el segundo Gobierno de Aznar, siendo ministra de Educación Pilar del Castillo. Esta ley establecía diferentes itinerarios en la ESO y el Bachillerato, y cambios de contenidos en la educación infantil. Finalmente, sería derogada en 2006... dando continuidad al sistema anterior.
LOE (2006): una normativa que organizaba los contenidos de asignaturas
Esta ley reguló las enseñanzas en los tramos de edades que se mantienen en la actualidad. Su principal aportación fue la organización de los contenidos de algunas asignaturas y también la integración de otras. Fue impulsada por el Gobierno de Zapatero. Esta ley incluyó la asignatura de Educación para la Ciudadanía como materia obligatoria y evaluable. La crítica más amplia fue la bajada de exigencia al alumnado, pues se daba la licencia de pasar de curso con más materias suspendidas.
LOMCE (2013): la ley Wert
Fue impulsada por el ministro de Educación, José Ignacio Wert, durante el Gobierno de Mariano Rajoy. Los cambios más importantes que se introdujeron fueron las pruebas de evaluación final para obtener la ESO y el Bachiller, dos opciones en 4º de la ESO y una mayor importancia de las "asignaturas troncales". En esta normativa se le volvió a dar plena validez académica a la asignatura de Religión.