España es avanzadilla de la segunda ola de la COVID en la UE
Según un estudio elaborado por el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol (Can Ruti), de Badalona, y la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC)
Publicado el - Actualizado
3 min lectura
España está sufriendo "una segunda ola" de la epidemia de COVID-19 que podría llegar al resto de Europa en los próximos días y está haciendo de "canario en una mina de carbón", que avisa que algo no va bien, según un estudio elaborado por el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol (Can Ruti), de Badalona, y la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC).
El estudio, que los dos centros de investigación han enviado esta semana a la Comisión Europea, lleva por título "Análisis y predicción del COVID-19 para UE-EFTA-Reino Unido y otros países" y alerta de que el "efecto de bares y restaurantes podría tener grandes repercusiones en la evolución de las epidemias".
También advierte a las autoridades europeas de que el momento actual es crucial para detener la segunda ola y que, en caso contrario, se podría volver a una situación parecida a la de marzo.
Los investigadores, que pertenecen al Instituto de Ciencias de la Salud del Hospital Trias i Pujol y Grupo de Investigación en Biología Computacional y Sistemas Complejos de la UPC, se preguntan por qué España ha liderado en número de casos la segunda ola de COVID-19, un país con altas temperaturas y en el que la ciudadanía se echa a la calles en verano, cuando al aire libre la tasa de contagio es 20 veces más baja que en espacios cerrados.
España levanto las restricciones a la movilidad antes que el resto de Europa
Para el equipo científico, la clave está en que España levantó las restricciones a la movilidad, especialmente entre provincias, antes que los otros países de la UE en un momento en que -señala el informe, fechado el 2 de septiembre- "la tasa de casos positivos podría ser tres veces superior a la que realmente se estaba detectando" y la actividad social se incrementó notablemente.
Esta apertura temprana explicaría que España haya sufrido antes que otros países los momentos más duros de esta segunda ola, caracterizada por un aumento de casos positivos asintomáticos y una cifra más baja de hospitalizaciones y muertes, aunque los científicos recuerdan que "el virus no ha cambiado y el número de personas inmunizadas es probablemente muy bajo".
Las cifras muestran un descenso de los casos positivos en España en los últimos días, aunque los investigadores se muestran reticentes a asegurar que es un cambio de tendencia y esperan que "no se trate de un efecto debido a retrasos en el registro de los datos".
España lidera a fecha 1 de septiembre la incidencia acumulada (IA) de casos de COVID-19 -el total de casos por cada 100.000 habitantes- en Europa, con 1.002 afectados por cada 100.000 habitantes, seguida de Suecia (837), Bélgica (737), Portugal (571), Rumanía (461), Italia (447), Francia (438), Países Bajos (415), Alemania (292), Polonia (179), Grecia (101) y Hungría (65), cifras muy alejadas de las de Brasil (1.859) y Estados Unidos (1.836).
Sin embargo, el estudio afirma que distintos países están siguiendo el mismo camino que España y, en las últimas dos semanas, han experimentado un importante repunte de los casos, como son Francia, con una IA de los últimos 14 días de más de 100 positivos por 100.000 habitantes, Bélgica de 60 y los Países Bajos, que supera los 50 casos, mientras que en España la cifra está por encima de los 200 pacientes.
Un caso muy distinto es el que están viviendo Suecia y Polonia, según el informe, que resalta que el país escandinavo, con una cuarta parte de población que Polonia, ha sufrido el triple de muertes y el punto más crudo de la epidemia este verano.
Una pandemia con cuatro fases
Los investigadores resaltan que Suecia nunca ha llegado a cerrar completamente sus fronteras mientras que los polacos lo hicieron de inmediato, frenando la entrada y viviendo -en esta segunda ola- la primera curva pronunciada en su estadística de contagios.
Los científicos han dividido la evolución de la epidemia en cuatro fases: la importación del virus; un rápido crecimiento de los contagios "con efectos devastadores a nivel humano, social y económico" contenido con duras medidas de distanciamiento; una fase de estabilización y relajación del control; y un incremento de nuevos casos a partir del mes de julio, que ha desencadenado la denominada segunda ola.