Eugenia de Montijo: Los secretos de una emperatriz influencer refinada y culta
En el palacio de Liria redescubre la dimensión de Eugenia de Montijo, la española que reinó en Francia
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Más allá de la imagen romántica que proyectaron las coplas y las películas, Eugenia de Montijo fue una mujer inspiradora en su tiempo en la cultura la moda y el arte, y tuvo un gran peso político. La correspondencia que mantuvo con los monarcas de la época y la colección de arte que atesora la Casa de Alba así lo señalan. En el palacio de Liria murió Eugenia de Montijo a los 94 años. Salió de su exilio en Inglaterra para que el doctor Barraquer la operara de cataratas y se alojó en casa de su sobrino, el duque de Alba. Allí se quedó el aroma de una gran mujer y allí, hasta diciembre, podemos descubrir muchos de los secretos que guardó en vida y que la elevan por encima de muchos de los grandes personajes de su época.
En el palacio de Liria, en el centro de Madrid, nos dibujan tres “eugenias” explica para cope Álvaro Romero, encargado de ordenar y completar el legado de la Emperatriz en la Casa de Alba. La Eugenia joven , su relación con su hermana Paca a la que estaba muy unida y la influencia de su madre María Manuel Kirpatrick que dio a sus hijas una educación cosmopolita en francés e ingles, “ su tutor era Merimée, el autor de la novela Carmen, que luego Bizet convitrió en ópera, la más representada de toda la historia”. Esta etapa abarca hasta que se separa de su hermana Paca al casarse esta con el duque de Alba e irse Eugenia a Francia con su madre. Allí conoció a Napoleon II, que se convertiría en su marido.
Visitamos ahora a la segunda “Eugenia” la mujer refinada y culta, la Emperatriz, la polítca. Tanto confió en ella que la nombró regente en tres 3 ocasiones y se convierte, a pesar de lo mal que la recibieron en el país vecino en una pieza fundamental en el tablero político de la época y en el desarrollo social , artístico y científico. En el palacio de Liria quedan los muebles que su hermana Paca le iba encargando y hoy muestra l menor colección de arte del II imperio que hay en España: las obras de arte que fue encargando la emperatriz que “era una gran admiradora de María Antonieta” .
La tercera “Eugenia” es la del exilio, tras la derrota francesa en la guerra franco-prusiana y la captura del ejército galo con el emperador. Estamos en 1.870 y Eugenia de Montijo, con su marido ya liberado se exilió a Inglaterra. La emperatriz se hizo gran amiga de la reina Victoria entonces, y tras la muerte de su hijo, del duque de Alba.
Las cartas
En el palacio de Liria se conservan 350 escritos de la Emperatriz, la mayoría cartas, que han salido de su encierro para que podamos verlas. Nos cuenta Alvaro Romero que hay una muy bonita dirigida a su hermana Paca, escrita en francés “donde le cuenta que va a casarse con Napoleón III, otra dirigida a su madre contándole que su hijo ha muerto, y otra a la reina Victoria dándole cuenta de su nacimiento”. También podemos ver otra que le envió Merimée contándole los avances de su novela “Carmen”. Pero también hay mucho intercambio con monarcas europeos, no solo con la reina Victoria, también con la emperatriz Sisí, con el rey de Alemania… “en ellas Eugenia de Montijo se interesa por la actualidad política del momento, en la que ella tuvo muchísima influencia “interés “tuvo un destacado papel de intermediación en asuntos de política exterior, fue una de las grandes impulsoras del canal de Suez: consiguió que Francia fuese la potencia europea que más invirtió en el proyecto y un primo suyo se encargó de la ingeniería”.
Con sus luces y sus sombras tuvo una gran influencia en la política interior y exterior de la Europa de su tiempo.
La moda
El palacio de Liria también nos descubre a través de los retratos y los bustos de la emperatriz como influyó en la moda de la época. Destaca Alvaro Romero un cuadro de Madrazo en el que se ve a “una Eugenia joven vestida de raso blanco pintado con gran maestría, con la espalda desnuda reflejada en un espejo”.
No solo fue una innovadora, creadora de estilo, una influencer, también reflotó la industria textil francesa apoyando a los modistos de la época. Fue propulsora de la industria de la alta costura en Francia con quien fuera su pionero más relevante, Charles Frederick Worth, “al que encargó 100 vestidos”. Durante el Segundo Imperio y bajo la influencia del modisto, se abandona el miriñaque a finales de la década de 1860 en beneficio del más cómodo polisón. Célebre fue el sombrero Eugenia popularizado por la estrella de cine Greta Garbo y que en la década de 1930 se hizo muy popular.
El arte y la ciencia
Apoyó a Pasteur en sus investigaciones y promovió dos grandes exposiciones científicas en Francia. Fue defensora de las sufragistas inglesas, fundamental en la vida de la pintora Rosa Bonheur, de la que el Prado ha adquirido recientemente una obra..” se rodeaba de figuras femeninas excepcionales y de personalidades muy influyentes, su longevidad y su posición la llevaron a tener relaciones con las grandes personalidades de su época”.
Inspiró películas. Un asteroide lleva su nombre, un archipiélago del mar del Japón y hasta una paloma. Napoleón III, su marido, construyó un palacio en forma de E, hoy es el hotel palails Royal de Biarritz .El palacio de Liria nos redescubre a esta inabarcable mujer, poco reivindicada, ni aquí ni en Francia donde está la mayor parte de su legado. Un paseo por la Francia Imperial y por la figura de una granadina tan universal casi como la Alambra.