Inmigrantes alertan de que los discursos xenófobos van a más en España

Un informe refleja, entre otras, la indefensión que sienten las personas migrantes ante el auge de noticias falsas y de odio por internet

Inmigrantes alertan de que discursos xenófobos van a más

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

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James Díaz acaba de migrar desde Nicaragua a España. Dos mil de sus compatriotas han pedido asilo en nuestro país huyendo de la situación política complicada en 2018. Llegó hace tan solo unas semanas de forma legal con su familia y un trabajo cualificado pero ni por esas ha podido evitar ciertos comentarios de personas que le han hecho ver que en realidad su puesto le correspondería a un español. También Mohamed Taroré un maliense que llegó hace 10 años y Nicole Ndongala que llegó hace 20 desde la República Democrática del Congo, ambos de forma irregular, denuncian un uso político creciente de la inmigración que, en nada, aseguran favorece la convivencia.

“Incluso con buenas condiciones es duro moverse, genera incertidumbre y hay una cierta estigmatización del inmigrante” señala James Diaz que aun así lo considera minoritario ya que según explica en las pocas semanas que lleva en España la acogida ha sido positiva.

A su lado también Nicole considera que personalmente ella no ha tenido ningún problema de convivencia aunque constata que actualmente hay más barreras para la integración que cuando ella llegó hace dos décadas. Persisten, asegura, los estereotipos que ella al frente de la ONG Karibu que asiste a los africanos que llegan a España trata de desmontar.

“Cuando lo conseguimos todos nos enriquecemos mutuamente”, subraya y para ello lo que hay que hacer es “hablar, relacionarse con la gente”.

Lograrlo depende según señala Mohamed de que “las dos partes deben querer acercarse. De lo contrario una de las partes se siente rechazada y no da lo mejor de sí misma”.

Mohamed trabaja como fontanero y jardinero en España. No olvida el horror de su llegada en patera pero finalmente ha logrado en parte hacer realidad sus sueños y su siguiente reto es completar la ESO. No esconde que todo su periplo le ha costado muchos sacrificios.

¿Merece la pena? Le preguntamos. “Si porque puedo ayudar a mis familiares pero cuando ellos me hablan de venir a España les recomiendo que no lo hagan y ya he logrado convencer a cuatro”. De hecho no duda en afirmar que si pudiera rebobinar tampoco él volvería a subirse a una patera como hizo cuando tenía 21 años junto a otras 60 personas.

Mohamed ha logrado contarlo pero al menos 8.500 se han quedado por el camino 30 años después de la llegada de la primera patera a España. 

Las ONG'S que trabajan con los inmigrantes creen que aún hay mucho camino que recorrer hasta lograr una inmigración auténticamente segura, ordenada y regular pese al acuerdo global que España acaba de suscribir en Marrakech y por ello desde Cáritas y la Red de Migrantes con Derechos piden coraje político al Gobierno y el fin de las devoluciones en caliente de Ceuta y Melilla a Marruecos.