Los efectos de la subida del SMI: “Nos preocupa que los convenios en el sector agrario estén paralizados”
Un estudio del BdE aporta una evidencia muy importante para evaluar la subida del SMI de 2019 y 2020: hubo un impacto negativo en el empleo
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La insistencia del Gobierno por seguir apostando por el incremento del salario mínimo sin alcanzar ningún tipo de acuerdo entre los sujetos implicados no hace más que generar una infinidad de dudas, sobre todo en los sectores de las empleadas del hogar y el campo.
Ambos sectores, que dependen de lo que indique el SMI, han acusado durante estos últimos dos años subidas de cerca del 30%, además de otros colectivos como los jóvenes, empleados temporales o trabajadores de empresas pequeñas. Esto supone, aproximadamente, una incidencia directa en más de millón y medio de personas.
Según un estudio publicado por el Banco de España (BdE) en el que se analiza el impacto sobre el empleo de la subida del 22% que se produjo en 2019, demuestra que el crecimiento del empleo se ralentizó más en aquellas actividades, provincias y edades con una incidencia mayor del SMI. Además, el BdE concluye, además, que la diferencia en el crecimiento llegó a situarse entre seis y 11 puntos porcentuales menor al esperado a diciembre de 2019. Este sería el efecto sobre el empleo potencialmente afectado por la subida en aquel momento del SMI.
La subida del SMI disminuye en 3,2 puntos la opción de seguir trabajando a jornada completa
El Banco de España también aborda la probabilidad de continuar trabajando a jornada completa teniendo en cuenta esa reestructuración del SMI. La oportunidad de continuar trabajando a jornada completa se disminuyó en 3,2 puntos para los trabajadores afectados por esta subida del salario mínimo. La mayoría de ese descenso (81,4%) se produjo por transitar a una situación de paro, y en mucha menor medida por transitar a un trabajo a jornada parcial o por cuenta propia.
Un efecto sobre el empleo que es heterogéneo para los distintos grupos de edad. En el caso de los trabajadores de 45 a 64 años, la probabilidad de perder su empleo aumentó en 6,01 puntos, la gran mayoría (87%) por pasar al paro. Por su parte, el grupo más joven, de 16 a 24 años, el impacto fue de 2,04 puntos menos. El 44,1% llegaron a quedar en situación de paro.
“La subida del SMI durante los años 2019 y 2020, unido al impacto que supuso la pandemia, ha tenido un fuerte impacto en el sector hortofrutícola”, ha declarado a COPE José María Zalbidea, secretario general de Proexport, para quien –además– “todo lo que tiene que ver con las subidas del SMI y que no están acordadas en el ámbito de los convenios colectivos tiene un impacto muy importante”.
En el sector hortofrutícola, según nos explica Zalbidea, “es el factor trabajo el principal determinante de la competitividad de las empresas, ya que representa en algunos casos hasta el 50% del total de la producción”, y ha recordado que el sector agrario fue el “más afectado por las subidas anteriores”.
El sector hortofrutícola, de una gran importancia económica en España, con una balanza comercial en exportaciones por valor de “15 mil millones de euros en 2020” y que alberga más de “400 mil trabajadores por cuenta ajena”, trabaja en un marco en el que debemos de tener en cuenta dos aspectos fundamentales ante la subida del SMI. La primera de ellas es la de “trabajar en un marco de competencia directa con países terceros, en la que los costes de producción de estos países es muy inferior al de España”. Y la segunda: “no es posible trasladar ese sobrecoste generado en la producción al precio final de los productos, porque sobre ellos ya se ha negociado con los distribuidores el precio final”.
“Hay que insistir en que se vuelva a los convenios y que se adapten a las circunstancias y a las características del sector agrario en general”, ha concluido.