La mesa de negociación, la moneda de cambio del Gobierno para conseguir los favores de los independentistas
Sin marcarse límites en la negociación, ERC ha dejado claro que ve necesario retomar la mesa de diálogo sobre el secesionismo en Cataluña lo antes posible
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El apretón de manos entre el Gobierno de Pedro Sánchez y ERC pasa por la misma clave que marcó el acuerdo de investidura: la mesa de negociación. El presidente del Gobierno ha continuado este jueves con la ronda de contactos para tratar de buscar apoyos para los Presupuestos Generales del Estado. Sánchez ha recibido en Moncloa al portavoz de la formación nacionalista, Gabriel Rufián, con el que ha estado dialogando durante más de una hora.
Sin marcarse límites en la negociación, el partido catalán ha dejado claro que ve necesario retomar la mesa de diálogo sobre el secesionismo en Cataluña lo antes posible para poder sentarse después a negociar las próximas Cuentas Públicas. En este sentido, el Ejecutivo se ha mostrado disupuesto a continuar con su pacto de investidura y avanza un nuevo contacto para el caso catalán en los próximos días.
Sobre las posibles negociaciones en búsqueda de los apoyos para sacar adelante los Presupuestos, Rufián se ha mostrado reacio a que en los acuerdos esté la firma de Ciudadanos, señalando que la presencia del partido de Inés Arrimadas no es cómoda ni para ERC, ni para PNV, ni para Unidas Podemos, principal socio de Sánchez en la coalición.
Con una restructuración en el Gobierno autonómico de Quim Torra y con las elecciones catalanas en el aire. El Gobierno de Sánchez se ve obligado a convocar esta mesa de negociaciones y tratar de encontrar puntos comunes en el desafío secesionista. Este encuentro supondrá el segundo acercamiento entre ambos agentes, después de la reunión que tuvo lugar el pasado mes de febrero, pocas semanas antes de la declaración del Estado de Alarma en todo el territorio nacional.
Gobierno y Generalitat acordaron celebrar reuniones mensuales de la mesa de diálogo, alternando Madrid y Barcelona como sedes. Idea que tuvo que ser cancelada por culpa de la pandemia. Otra de las conclusiones de la primera reunión, encabezada por Pedro Sánchez y Quim Torra en La Moncloa, fue que habría un grupo de trabajo por cada delegación, a los que presidentes y vicepresidentes se incorporarán cuando sea necesario ratificar "acuerdos políticos". Además, los acuerdos adoptados en la mesa serán "en el marco de la seguridad jurídica". Barcelona acogería en marzo la próxima reunión de la mesa de diálogo, con las primeras bases de esta plasmadas en un comunicado conjunto que ha hizo oficial el Gobierno.
En la víspera de la reunión en Moncloa, la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, restó importancia al perfil de los integrantes de la mesa designados por la Generalitat de Cataluña, entre los que había personas que no eran miembros del Gobierno catalán e, incluso, un investigado por el referéndum del 1 de octubre. "Lo importante es sentarse", zanjó Calvo, que aseguró que no es requisito para ese diálogo que ambas delegaciones sean "paritarias" y valoró que estuvieran encabezadas por ambos presidentes, Pedro Sánchez y Quim Torra. La vicepresidenta insistió en que se parte de posiciones "antagónicas" porque el Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos está en la "antítesis" de las posiciones independentistas.
El propio Sánchez envió un mensaje a sus socios de ERC para que apoyen los próximos presupuestos con el fin de que el Estado pueda saldar la deuda acumulada tanto con Cataluña como con otras comunidades autónomas: "Este Gobierno quiere cumplir con Cataluña, como quiere cumplir con todos y cada uno de los pueblos de España. Lo único que pedimos es que nos dejen cumplir. Luego nos podrán reprochar si hemos cumplido o no", aseguró el jefe del Ejecutivo en el Senado.
Desde la Generalitat, la portavoz del Govern, Meritxell Budó, garantizó que tanto JxCat como ERC acuden a la mesa con "unidad de acción" y sin pretender hacer "dos negociaciones en paralelo". Budó adelantó, eso sí, que la comitiva que encabezará Torra plantearía su receta para resolver el conflicto catalán: ejercicio del "derecho de autodeterminación", amnistía para los encausados por el procés y "fin de la represión". La delegación catalana intentó sacar también la incorporación al diálogo de la figura del "mediador" y de los "presos políticos y exiliados" en la mesa de negociación.
En cuanto al vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, comunicó que estaría presente en próximas reuniones, por lo que puede que su presencia este asegurada en el inminente encuentro entre los dos equipos negociadores. En línea con lo adelantado por Carmen Calvo, el líder de Podemos reclamó respeto con la delegación que ha designado cada parte y adelantó que la tarea de la mesa "va a ser larga" y que sus miembros van a tener que emplearse "a fondo durante mucho tiempo" para "plantear soluciones" a un conflicto que ha hecho mucho daño tanto a Cataluña como al resto de España.