LINEA EDITORIAL
Miguel Ángel Blanco: el deber de honrar su memoria
En este contexto, donde para muchos la batalla se libra en armar un relato distorsionado de lo sucedido, no es de extrañar que haya muchas personas en España que no sepan casi nada
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Hoy hace 24 años, la banda terrorista ETA asesinaba al joven concejal del PP en Ermua, Miguel Ángel Blanco, tras unas horas inolvidables de angustia y chantaje al Estado. España se echó a la calle en unos días de rabia contenida, manos blancas y coraje ciudadano, en lo que supuso un decisivo punto de inflexión en la deslegitimación y condena de los terroristas.
Desgraciadamente, casi un cuarto de siglo después, las divisiones y la falta de escrúpulos de algunas formaciones políticas para blanquear a los herederos de ETA hacen que estemos hablando con normalidad de interlocutores políticos que jamás condenaron un atentado como éste, o de que su asesino esté siendo acercado por la puerta de atrás a las cárceles del País Vasco.
En este contexto, donde para muchos la batalla se libra en armar un relato distorsionado de lo sucedido, no es de extrañar que haya muchas personas en España que no sepan casi nada de lo que sucedió en aquellos días de julio
Por eso, si cabe aún más, es nuestro deber honrar la memoria de Miguel Ángel Blanco y de tantas víctimas inocentes asesinadas por ETA. Se lo debemos y nos lo debemos, como primer paso, si de verdad queremos cimentar nuestro futuro sobre las bases de la verdad, el agradecimiento y la justicia.