Moncloa normaliza el cambio de cromos en las instituciones con fines electoralistas

Desde hace algunos meses, en Moncloa ha habido diversos cambios. Las elecciones, primero catalanas, y más tarde madrileñas, han provocado que tanto Podemos como PSOE pongan en práctica un curioso cambio de cromos que ha afectado más allá de los ministerios. Este mismo martes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado los ajustes que ha habido en el Gobierno.

Después de la salida de Pablo Iglesias del Gobierno para ser candidato de Unidas Podemos de la Comunidad de Madrid en las próximas elecciones del 4 de mayo, el líder del Ejecutivo ha terminado por asumir varios ajustes. El vacío en la vicepresidencia segunda dejado por Iglesias ha sido ocupado por la anterior vicepresidenta tercera, Nadia Calviño. Un puesto que ha pasado a ocupar ahora Yolanda Díaz, que deja la cartera de Derechos Sociales y pasa a estar en manos de Ione Belarra. Además, Belarra había ocupado el cargo de secretaria de Estado para la Agenda 2030, que ahora va a ostentar el secretario general del Partido Comunista de España, Enrique Santiago.

Los nuevos cambios del Gobierno de Pedro Sánchez no tienen otro objetivo más que cumplir la cuota de Unidas Podemos en el Gabinete. En las elecciones generales del pasado 10 de noviembre de 2019, ambas formaciones acordaron conformar el primer Ejecutivo de coalición de la democracia, que además pasaría a ser el más numeroso del período con un total de veintidós ministros y sus respectivos ministerios.

Los reajustes del PSOE

El pasado 30 de diciembre se anunció que el entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa, sería el candidato del PSC en las elecciones catalanas del 14 de febrero tras la renuncia de Miquel Iceta. A mediados de noviembre del año pasado, Iceta trasladó al secretario general de PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, su intención de no presentarse como cabeza de cartel en los comicios catalanes. Tras este anuncio, Carolina Darias pasó a ostentar la cartera de Sanidad y el exsecretario de PSC ocupó el Ministerio de Política Territorial, que anteriormente había dirigido Darias.

Una decisión que dio al PSC la victoria en las urnas, pero no ha servido para que Salvador Illa pudiera presentarse como candidato a la presidencia de la Generalitat, ya que no cuenta con apoyos suficientes. En su lugar ha sido el candidato de ERC, Pere Aragonès, quien ha fracasado en las dos primeras rondas de investidura y será necesario esperar para saber si consiguen llegar a un acuerdo con JxCat.

Además, tras el anuncio de Pablo Iglesias para concurrir en las elecciones madrileñas, Pedro Sánchez comenzó a mover hilos para elegir el nombre adecuado para ser cabeza de lista del PSOE en los comicios autonómicos. En primera instancia, se barajaron diversos nombres como los de Margarita Robles o Pilar Llop, aunque finalmente los socialistas se decantaron por repetir con el líder madrileño, Ángel Gabilondo. Aun así, Sánchez decidió mover otras piezas en el tablero institucional.

La presidenta del Consejo Superior de Deportes (CSD), Irene Lozano, renunció a su cargo para formar parte de la candidatura socialista. Un puesto que ha pasado a ocupar el delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, un organismo que percibe más de 250 millones de euros anuales. El pasado lunes se anunció que la concejal y primera portavoz adjunta del partido en el Ayuntamiento de Madrid, Mercedes González, ocuparía por lo tanto la Delegación del Gobierno.

Tampoco podemos olvidar a Hana Jalloul. La secretaria de Estado de Migraciones del Ministerio de Igualdad, Seguridad Social y Migraciones pasó a ser la número dos de Ángel Gabilondo en los comicios madrileños. Un órgano con un presupuesto anual de más de 480 millones de euros y cuya líder estará centrada en la campaña socialista.

Los reajustes de Podemos

La moción de censura en la Región de Murcia impulsada por Ciudadanos y el Partido Socialista fue el epicentro del terremoto político. Isabel Díaz Ayuso disolvió la Asamblea de Madrid y convocó elecciones, algo que para muchos han sido consideradas un 'todo o nada'. Fue así como Pablo Iglesias dio un paso más allá y decidió dejar la vicepresidencia para presentarse como candidato en Madrid.

Una decisión que también ha motivado a Unidas Podemos a realizar los cambios pertinentes entre sus miembros con poder en las instituciones. El secretario general de Podemos ha querido reconocer el trabajo del núcleo duro en la Comunidad y les ha querido premiar dándoles algunos de sus puestos prioritarios en su lista para concurrir en los comicios. La actual portavoz parlamentaria de Podemos, Isa Serra, será la número dos de Iglesias y el coordinador general del partido, Jesús Santos, será el número tres.

También forma parte como número cuatro la directora del Instituto de las Mujeres, Beatriz Gimeno, cuyo organismo adscrito al Ministerio de Igualdad percibe más de 20 millones de euros anuales. Tampoco podemos olvidar al exjefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), Julio Rodríguez y la asesora de Iglesias en la vicepresidencia, Lilith Vestrynge, entre otros nombres.

Cambios que suponen un parón en la labor que realizaban en los Ministerios y en la del propio Ejecutivo. Esto hace que que surjan dudas sobre cuál puede ser la auténtica labor de los cargos políticos que han ejercido y con qué facilidad se les puede poner y quitar ahora que concurren en las listas electorales de sus partidos. Todo ello sin olvidar que muchos han estado encargados de manejar grandes cantidades de dinero o partidas presupuestarias en puestos que, según parece, se intercambian como cromos.