Mossos contemplativos
La semana en el juicio del 'procés' se ha centrado en la actitud pasiva de los mossos el día del referéndum ilegal
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Pasiva, estática y contemplativa. Esa fue la actitud de los Mossos d'Esquadra en muchos centros de votación, según los policías nacionales que declararon esta semana en el Tribunal Supremo. Lo que más llama la atención es eso de “contemplativa”. Nos hace pensar en órdenes religiosas, y no es el caso. Según el diccionario de la RAE, el adjetivo contemplativo se refiere a quien observa con atención y detenimiento una realidad, especialmente de forma tranquila y placentera. Y hay una segunda acepción, quien reflexiona con serenidad, detenimiento y profundidad sobre la divinidad, sus atributos y los misterios de la fe. Más bien la primera, aunque tranquilidad, precisamente, no había en los centros de votación. Pero la acepción se refiere a la forma de observar.
Y si en unos momentos la actitud de los Mossos fue pasiva, estática y contemplativa, en otros momentos fue de colaboración con el referéndum ilegal, según los agentes. Connivencia, complicidad. A veces, el mismo mosso iba de un colegio a otro y entorpecía el trabajo de policía y guardia civil, impedía el cumplimiento de la orden judicial, favorecía la votación. Otros mossos, según lo relatado en la sala de vistas, sin inmutarse, presenciaban el sorteo de urnas y el recuento de votos. Incluso custodiaron las urnas y las llevaron en el coche radiopatrulla. Y le dijeron a un periodista que lo importante eran los votos, no las urnas. En algunos centros, uno de los manifestantes, con megáfono en mano, comunicaba lo que les habían advertido los mossos, que tuvieran cuidado, que había policías de paisano por la zona.
Y los había, se trataba de la celebración de un referéndum ilegal. Policías nacionales de contravigilancia que querían saber si les seguían. Y les seguían. Vieron que los mossos, de paisano, les vigilaban. Saben lo que es un policía, del cuerpo que sea. Llevaban armas cortas debajo de la chaqueta, botas tácticas, del bolsillo del pantalón sobresalía una defensa extensible, y tenían material de transmisión, llevaban un “pinganillo”. Estaban en actitud vigilante y hablaban sin parar, seguramente retransmitiendo todo lo que veían.
La intervención policial terminó y vieron a estos mossos de paisano ir corriendo hacia un coche, un Seat Ibiza gris oscuro, y seguir a los furgones policiales. Comprobaron la matrícula y el coche pertenecía a Presidencia de la Generalitat. Las sospechas que tenía este inspector-jefe encargado de la contravigilancia, se confirmaron. Parece el guión de una película, puede que de una buena película, pero el caso es que es verdad. Y muchos españoles están “enganchados” a este juicio.