Podemos ya no quiere hablar de Cataluña: silencio ante los mensajes de Puigdemont

Pablo Iglesias no comenta nada sobre los mensajes 'cazados' del expresident donde arrojaba la toalla 

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Alberto Escalante

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Ya en su día Pablo Iglesias quiso dejar claro que “Cataluña no es ni el único ni el mayor problema de España”. Así se lo transmitió a los suyos en el primer Consejo Ciudadano tras las elecciones de diciembre y desde entonces es patente el esfuerzo de los portavoces morados por llevarlo a la práctica. En especial, en las últimas horas.

Este martes, mientras en el Parlament se aplazaba la investidura de Puigdemont, en el Congreso se celebraba una Junta de Portavoces tras la que Irene Montero evitó pisar la sala de prensa, en contra de lo habitual. Es más, ningún portavoz realizó declaraciones en todo el día. Ni una palabra sobre el tema del día mientras en las redes sociales ponían en marcha una campaña contra el cumpleaños del Rey y la imposición del Toisón de Oro a la Princesa Leonor.

Este miércoles nos desayunábamos con los mensajes de Puigdemont a Toni Comín y en el Congreso hemos pasado la mañana en busca de reacciones. Así lo hemos intentado con Pablo Iglesias, aprovechando una convocatoria junto a los bomberos forestales. Pero el líder de Podemos ha despejado una y otra vez la pregunta con el mismo argumento: “Entiendo que para algunos, los SMS (…) son lo más importante, pero nuestra obligación es que no se invisibilicen más determinadas cuestiones”, “la situación de los bomberos forestales nos parecen más importante”, “quiero que entiendan que estamos hartos de que se invisibilicen a los colectivos sociales que sufren”, “no se habla de otra cosa en las televisiones y nuestra obligación, sin negar importancia a los mensajes, es decir que alguien tiene que prestar atención a los trabajadores que se están jugando la vida”.

Daba igual cómo se formulara la pregunta, la respuesta apenas variaba. Minutos después, en otro “canutazo”, por fin se salía unos centímetros del guión y aseguraba que “las conversaciones privadas no pueden sorprender a nadie” y repetía que su posición es que un presidente catalán debe gobernar desde Cataluña. Eso sí, de inmediato, volvía a la letanía de la importancia de hablar de otros temas. Una estrategia que ya puso en práctica hace unos días Irene Montero con la ley de dependencia.

Lejos quedan los días en los que Podemos repetía a todas horas su receta del "referéndum pactado y con garantías" como solución al conflicto catalán.

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