La presidenta del Congreso llama al consenso frente a la creciente polarización política

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha aprovechado la presentación del índice anual de calidad democrática de la Fundación Alternativas para hacer un llamamiento a "reforzar o rehacer" los grandes consensos que se están rompiendo por culpa de la creciente polarización de la vida política y social.

Batet ha coincidido con la conclusión de este documento, que da un aprobado medio de 6,1 a la calidad de la democracia española, al aseverar que España es "una democracia real, madura y plenamente integrada en los países democráticos más asentados y evolucionados".

Pero si este diagnóstico, según ha apuntado en la presentación telemática del estudio, es compartido por expertos, observadores internacionales y encuestas, posiblemente no lo sea por una parte "muy importante y hasta mayoritaria" de la ciudadanía, ha admitido.

De hecho, Batet recuerda que el informe también analiza ámbitos como la ruptura del consenso territorial, la judicialización del conflicto político, la polarización informativa, la crisis presupuestaria, la desigualdad social o el bloqueo político.

Aspecto todos que hacen descartar "cualquier riesgo de autocomplacencia", ha enfatizado, porque, según apunta el director del documento, Alberto Penadés, se da la paradoja "de una democracia que funciona y una sociedad que se obstruye" y donde "lo que falla es más el Estado que la democracia".

En suma, la presidenta del Congreso ha alertado de que, si bien la idea de polarización no es nueva, sí lo es que alcance "a todos y cada uno de los aspectos de la vida pública", y que toque ya "los grandes consensos constitucionales".

En este sentido, ha lamentado que si antes los partidos competían para situarse en el centro político ahora lo hagan "en radicalidad" y para tratar de "representar los polos más opuestos", de manera que "los grandes consensos se están tensionando, o rompiendo incluso".

Aquí Batet ha citado el pacto territorial y de modelo autonómico, el económico y social, el intergenarcional y político y también el constitucional, que además afecta "a la legitimidad de las opciones ideológicas y la alternancia en el poder".

Así que en su opinión la tarea que tiene ante sí la clase política es "obvia" y consiste en "reforzar o rehacer los consensos".

Y haciéndolo que manera que la crítica a los políticos por su "incapacidad" para solucionar los problemas ciudadanos incluya "una senda de redención" precisamente para volver al consenso.

"Es ahí donde deberíamos concentrar todas nuestras energías y todos nuestros esfuerzos", ha recalcado.

Las dos vías para lograrlo son, en opinión de la presidenta del Congreso, apostar por un consenso "global" hecho de "cesiones" y "valores fundamentales compartidos" y teniendo a políticos y partidos como instrumentos "fundamentales" para lograrlo.