El PSOE rompe su última línea roja con el pacto navarro

Ni siquiera Zapatero se atrevió a permitir un gobierno en Navarra con el apoyo de la izquierda abertzale

El PSOE rompe su última línea roja con el pacto navarro

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

El 2 de octubre de 2016, Pedro Sánchez tuvo que abandonar la secretaría general del PSOE ante la negativa de la mayoría de su partido a permitirle formar Gobierno con el apoyo de los indepedentistas catalanes y vascos. Meses después, y después de unas primarias en las que el actual presidente en funciones arrasó, llegó a la Moncloa con el apoyo de esos mismos independentistas catalanes y de Bildu, sin apenas una crítica pública de aquellos miembros de su partido que un año y medio antes le habían obligado a dimitir.

Ese apoyo de los independentistas catalanes, sin embargo, no era algo nuevo en la historia del PSOE, que ya había pactado con la CiU de Jordi Pujol en los tiempos de Felipe González y con la ERC de Josep Lluís Carod Rovira en la época de José Luis Rodríguez Zapatero.

A lo que no se atrevió en su día Zapatero, a pesar de la relación fluida que miembros de su partido mantuvieron con Arnaldo Otegi, fue a permitir que los socialistas navarros llegaran a la presidencia de la Comunidad Foral con el apoyo de los nacionalistas vascos, y de una parte de la izquierda abertzale que en aquella época estaba integrada en Aralar.

Fue tras las elecciones de 2007, cuando la suma de UPN y CDN, que hasta entonces gobernaban Navarra, perdió la mayoría absoluta. La coalición Nafarroa Bai, que en aquel momento integraba al núcleo de lo que ahora es Geroa Bai y a una parte importante de lo que ahora es Bildu (Aralar y Eusko Alkartasuna), quedó en segunda posición, prácticamente empatados con el Partido Socialista Navarro.

La suma de los socialistas con los nacionalistas y con Izquierda Unida daba los números para gobernar, y se planteó la posibilidad de que el socialista Fernando Puras pudiera presidir Navarra. Pero en el último momento, Zapatero frenó las negociaciones para impedir un pacto que podría perjudicarle de cara a las elecciones generales que se iban a celebrar solo un año después.

Ahora, 12 años después, ese pacto que no fue está a punto de convertirse en realidad con el visto bueno de Pedro Sánchez, que ha permitido al PSOE lo que Zapatero no se atrevió. 

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