Lo que no sabías de Garamendi: sus orígenes familiares y por qué prefiere negociar con Yolanda Díaz

El presidente de la patronal saltó a los titulares por sus polémicas declaraciones sobre los indultos, comentando que serían bienvenidos si con ellos se normalizara la situación

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

6 min lectura

El presidente de la Confederación Española de Organzaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, tuvo que salir a matizar sus polémicas declaraciones sobre los indultos después de que se hicieran virales a través de varios titulares.

En la citada entrevista, Garamendi mostró su conformidad con los indultos a los presos del procès comentando que si eso "acaba en que al final las cosas se normalicen, pues bienvenido sea". Unas palabras que se interpretaron como su posición sobre este delicado tema y que ahora ha querido salir a matizar.

De esta manera, Garamendi ha aclarado que con normalización se refería a que la gente debe cumplir la Constitución, defendiendo el diálogo como muestra de la democracia de nuestro país y destacando que los empresarios, lo que buscan, es estabilidad política.

Para finalizar, el líder de la patronal ha querido destacar que representa a una organización que "defiende la unidad de España y la Constitución española". Así, el empresario ha querido salir al paso y aclarar que simplemente "la Constitución permite los indultos, pero eso no quiere decir que nosotros tengamos que opinar", tratando de distanciarse de un teórico apoyo a la medida.

Sin embargo, sus palabras han sido cuestionadas desde varios sectores igualmente, sobre todo después de que se conociera que el Gobierno lo había condecorado con la Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco poco antes de las polémicas declaraciones.

Además, el Ejecutivo no informó sobre esta decisión, lo cuál ha alimentado los rumores. Esta distinción es la máxima condecoración castrense y se concede a personalidades que hayan realizado una excepcional contribución a todo lo que Defensa supone.

Larga trayectoria en el mundo empresarial

Antonio Garamendi Lecanda (Guecho, Vizcaya, 1958) lleva presidiendo la CEOE desde noviembre de 2018, al ser el único empresario en presentar su candidatura, sustituyendo a un Juan Rosell contra el que había perdido en las votaciones de 2014, cuando Garamendi presidía la CEPYME.

Pero lo cierto es que Antonio Garamendi cuenta con una amplia experiencia a sus espaldas, estando ligado al mundo empresarial casi desde sus primeros años. De hecho, su familia cuenta con una larga tradición empresarial, como muestra el hecho de que su padre presidiera la naviera Marítima del Nervión, además de ocupar otros cargos en diferentes empresas.

Desde muy joven ha estado involucrado en el mundo empresarial, a pesar de que a nivel formativo se licenció en Derecho por la Universidad de Deusto.

Fue presidente fundador de la Asociación de Jóvenes Empresarios del País Vaco (AJEBASK), desde donde dio el saltó al mismo cargo en la Confederación Española de Jóvenes Empresarios (CEAJE) y posteriormente a la Confederación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios (CIJE).

Su trayectoria, estrechamente ligada con la negociación y la representación de los intereses de las empresas, continuaría con varios cargos en diferentes compañías, ejerciendo también como asesor y consejero en muchas de ellas, pero también ha llevado a cabo labores de gestión empresarial en menor medida, probando fortuna con una correduría de seguros o varios negocios del sector inmobiliario.

Su nombre empezó a ser más mediático en 2014, cuando gracias a presidir la Confederación Española del Metal (Confemetal) llegó a la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), empezando a ganar peso de cara a su postulación como candidato a presidir la CEOE, perdiendo en la votación por un estrecho margen contra el citado Rosell.

A pesar de perder en su primer intento, finalmente llegaría a la presidencia de la CEOE a finales de 2018. Desde ese momento, su nombre empezó a levantar los halagos de parte de la opinión pública y empresarial, destacando su talante, su capacidad negociadora, su seriedad y su caracter afable, pero tampoco se ha librado de las críticas llegadas desde otros sectores, que le han acusado en varias ocasiones por considerar que su mandato es bastante personalista.

Sin embargo y en líneas genearales, de él se ha destacado su buena relación tanto con las empresas del Ibex 35, como con los sindicatos, y su apuesta por el diálogo en lugar de la presión.

Los tira y afloja con el Gobierno

Garamendi junto a Pedro Sánchez conversando durante un acto

A pesar del tema de los indultos, lo cierto es que Garamendi ha chocado en más de una ocasión con el Gobierno de la nación y varias de sus medidas. Así, se mostró contrario al alargamiento del Estado de Alarma hasta el mes de mayo, tildando esta decisión como una "auténtica barbaridad" y apostando por plazos más cortos.

Al mismo tiempo, también destacó que durante las últimas negociaciones para extender los ERTE se habían dejado de lado muchos sectores, como el comercio o la hostelería, a pesar de que se les terminó incluyendo a última hora. Para Garamendi, no fue suficiente, ya que consideraba que eran dos de los sectores más perjudicados con el estallido de la pandemia.

Con el tema de los ERTE es uno con los que se ha mostrado más crítico, comparando las negociaciones con un mercado por el modus operandi llevado a cabo en muchas ocasiones por el Gobierno, al que acusó de cambiar las condiciones continuamente en vez de negociar de una forma seria.

También se mostró crítico, por ejemplo, con la intención del Ejecutivo de tomar el superávit de los ayuntamientos, algo que finalmente fue un fracaso, o con las negociaciones sobre las cotizaciones de los autónomos, culpando a Moncloa de reventar el posible acuerdo filtrando el borrador a la prensa.

A pesar de ello, la relación es cordial, con la lógica defensa de los intereses de cada uno, lo que muestra su apoyo a ciertas medidas, como su conformidad ante los planes iniciales de Sánchez cuando este consiguió formar Gobierno o con las peticiones de ayudas a Europa en otoño del año pasado.

Relación con Yolanda Díaz y con los sindicatos

Capítulo a parte merecen sus lazos con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, con la que lógicamente ha tenido más tiranteces derivadas de los puestos de cada uno.

Los ERTE fue uno de los puntos en los que más se tuvo que trabajar para llegar a acuerdos, aunque fue precisamente en estas negociaciones en las que se puso en valor la buena relación entre Yolanda Díaz y Antonio Garamendi, que incluso llegó a afirmar públicamente que prefería negociar con la ministra de Trabajo que con José Luis Escrivá, de Seguridad Social, al que consideraba poco acorde con la realidad.

Con los ERTE, de hecho, hubo bastantes contradicciones entre las dos posturas, pero siempre han terminado llegando a un acuerdo entre patronal y Ejecutivo, además de con los sindicatos.

Garamendi junto a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y al secretario general de la UGT, Jose María Álvarez

También recientemente se mostró contrario a la propuesta de la minsitra de Trabajo de subir el SMI a 1.000 euros, que ya en su día era una de las ideas iniciales de Unidas Podemos. Por aquel entonces, Garamendi consiguió frenar la subida más allá de los 950 euros gracias a su capacidad para el diálogo, destacando que se consiguió frenar un impacto mayor.

Otra de los puntos calientes entre ambos ha sido la reforma laboral propuesta por Díaz, especialmente en materias de temporalidad, con la intención de cambiar el modelo de contratación, que desde la CEOE tildaron de intervencionista e ideológica, además de considerar que se encontraba alejada de la realidad del mercado español y que penalizá la creación de empleo.

Por último, la relación del líder de la patronal con los sindicatos, a pesar de las tiranteces, es bastante cordial. Cuenta con una buena relación con los dos principales, UGT y CCOO, a pesar de las profundas y evidentes diferencias ideológicas, pero no ha tenido mayor problema fuera del ámbito meramente negociador.

De hecho, según comentan, su relación, a pesar de ser buena con los líderes de ambas organizaciones, es especialmente cortés con Unai Sordo, el líder de Comisiones Obreras.

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