Robo al Central Hispano: se cumplen 35 años de uno de los asaltos más importantes en la ciudad de Barcelona

Se cumplen 35 años de uno de los robos más importantes que ha sufrido la ciudad de Barcelona en su historia reciente. El 15 de agosto del año 1998, la conocida como 'banda de Roma' ejecutó el robo del Banco Hispano Americano de Barcelona, gracias a un túnel que realizaron ellos mismos y que alcanzó los 300 metros de longitud.

El plan lo perpetraron alquilando un local colindante para poder acceder a la cámara acorazada del banco y así conseguir el botín que estaba dentro de alrededor 400 cajas. La cuantía económica alcanzó el valor de 6.000 millones de pesetas y pasó a la historia como uno de los robos más importantes que ha sufrido un banco en nuestro país.

Un plan muy medido

Según fuentes policiales, los autores llevaban cinco meses pensando el asalto, y las primeras investigaciones apuntaban a que los autores del robo eran especialistas en desvalijamientos procedentes de Italia. Uno de los rostros más conocidos de la banda fue Franco Pirozzi, que ya fue detenido junto a otros socios en el año 1984 en la misma Barcelona antes de que asaltaran la cámara acorazada de otra sucursal del Hispano. Fuentes policiales apuntaban a que entre los asaltantes había también especialistas en ingeniería, arquitectura y electricidad.

Desde el primer momento en el que se conoció el atraco y la cuantía que habían conseguido del Hispano, las autoridades policiales desplegaron una importante 'operación jaula' en todos los puertos, aeropuertos y otras vías de salida de España para intentar detener a los ladrones y así recuperar este importante botín. Las primeras pistas se basaban en las huellas dactilares que se habían encontrado y también en los testimonios de algunos vecinos del Hispano, aunque en primera estancia la Policía decidió guardar secreto para seguir recopilando detalles de la investigación.

Los mejores 'ladrones' del mundo

El agujero por el que han entrado se encontraba en la trasera del edificio, que daba a la calle de Moles. Desde ahí se podía acceder a la red de alcantarillado de la ciudad. 250 metros más al norte, se encontraba otro agujero, realizado en zigzag, que daba acceso a la cámara acorazada. Para realizar esta operación eran necesarios importantes conocimientos de ingeniería electrónica, cerrajería y mecánica, que permitieron a los asaltantes destruir el blindaje de la cámara que tenía 1,30 metros de anchura.

Incluso el portavoz de la entidad bancaria alabó el trabajo "que habían realizado estos delincuentes". Durante el robo, los ladrones se encontraron con numerosas dificultades que consiguieron superar realizando instalaciones propias de aire, electricidad y agua a través del túnel. También instalaron una especie de vagoneta para transportar la tierra y las piedras a través de un túnel con numerosas curvas. Este dispositivo también hizo que la Policía informase de que estaban ante, posiblemente, los mejores especialistas del mundo en este tipo de robos.