Sánchez hace esperar a Iglesias y aplaza de nuevo una reunión con él

La Moncloa frena el ímpetu de su socio y rebaja un futuro encuentro a solas a “un café”

Sánchez hace esperar a Iglesias y aplaza de nuevo una reunión con él

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

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No hay mejor desprecio que no hacer aprecio. Guiado a todas luces por este principio, Pedro Sánchez prefiere, por lo pronto, tomarse su tiempo antes de recibir a Pablo Iglesias para abordar, cara a cara, las diferencias en el seno de la coalición.

De muy poco le ha servido al líder de Podemos jugar a crear la expectativa de una especie de “cumbre” esta misma semana con el Presidente que de tú a tú encauce la situación tras acumular tensiones en el Gobierno. Sánchez ha descartado hacer un hueco en su agenda a Iglesias para tener su cita y “está por ver si se produce”, apuntan desde La Moncloa. En todo caso, llegan a rebajar la entidad de una cita entre Presidente y vicepresidente a “un café”.

Como muestra, ya en la rueda posterior al Consejo de Ministros de este pasado martes, María Jesús Montero se encargó de minimizar la trascendencia otorgada desde Unidas Podemos a la buscada escenificación para hacer valer su peso interno. “El Presidente y el vicepresidente se ven con mucha frecuencia”, manifestó la portavoz incidiendo en su coincidencia semanal en las reuniones del Gabinete. Una prueba, según Montero, de “la fluidez en la comunicación” como “nota dominante entre los miembros del Ejecutivo”.

Naturalmente, todo respondía a una clara intención de La Moncloa de poner en su sitio al socio minoritario que, en estas últimas horas, ha eludido pronunciarse sobre la decisión presidencial, más allá de asumir que Iglesias no iba a verse esta semana con Sánchez. Seguirán intentándolo en otra ocasión. Porque normalidad en la relación es precisamente lo contrario de lo que destilan sendos socios. Pedro Sánchez mantiene “congeladas”, según la denominación otorgada por estrechos colaboradores, las reuniones de coordinación gubernamental.

Los famosos maitines han sido desplazados a la sede de Ferraz desde hace semanas donde Sánchez aborda las estrategias a seguir con el núcleo duro del PSOE. A la desesperada, entretanto, Pablo Iglesias ha tirado de lenguaje belicista para asomar la cabeza y ha definido la coalición como “terreno de combate político”. La interlocución, evidentemente, está siendo a otros niveles, principalmente entre Iván Redondo, jefe de Gabinete del Presidente, y Juanma del Olmo, mano derecha del vicepresidente.

La entente entre las dos facciones del Ejecutivo ha sido la nota dominante en la tentativa de renovar con el PP instituciones pendientes, cierre de filas incluido para el Consejo General del Poder Judicial. “Podemos cuenta con 2 consejeros en RTVE gracias a nosotros”, subraya el entorno del Presidente. En medio, no obstante, siguen tensando la coalición la futura ley de Vivienda y las de Igualdad, caballos de batalla sobre los que los morados parecen prestos a atrincherarse en sus posiciones. También lo están, a priori, los socialistas.

Aún así, desde La Moncloa gustan rebajar la actitud de Iglesias incluso para llegar a sostener que “sabe que debe aflojar”. No sólo porque la última palabra siempre es del Presidente, según inciden, sino porque la “relevancia” del vicepresidente depende igualmente de Pedro Sánchez.

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