Sánchez, sin margen para el error en su jugada “Redonda”

El presidente, pendiente de la movilización, aspira a romper la dinámica de bloques

Sánchez, sin margen para el error en su jugada “Redonda”

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

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La paradoja engendrada por Pedro Sánchez está siendo la de colocar en una nueva tesitura al PSOE. El líder dispone, desde el Poder, de una organización de indudable fortaleza interna a su servicio, pero siembra dudas consistentes. El salto al 10-N se resiente ante la desmovilización de un electorado frustrado por el fracaso de la investidura. Esa losa se hace más pesada si cabe según se desciende en el subconjunto formado por los cuadros medios socialistas.

Basta con tantear al partido en sus distintos niveles, nacional, regional y provincial, para comprobar que la procesión va por dentro y subyace la angustia, el cabreo y el hastío ante la vuelta a las urnas. Naturalmente, preocupa en La Moncloa y en Ferraz la abstención, aunque, según repite el núcleo duro de Pedro Sánchez “¿Miedo? Únicamente al miedo”. Naturalmente, ya ni queda tiempo para lamentaciones, ni para miradas atrás distraídas.

El despliegue para salvaguardar la versión de lo acontecido, esencial estos días, y rearmar a las huestes está servido. Ante la constatación del fracaso, ninguna autocrítica. Al contrario. En la actual tesitura de honda desafección, y tras definir su organización como “izquierda moderada”, Sánchez apelaba en las últimas horas por carta a la militancia a perseverar en la movilización y a pedir el apoyo a quienes en abril le dieron la espalda. “Debemos movilizar a todos los progresistas de España”, dejó negro sobre blanco el secretario general, “los que nos votaron hace cinco meses y los que se inclinaron por otras opciones – en clara referencia a Unidas Podemos y a Ciudadanos - y han comprobado que su voto ha resultado estéril”.

El miedo a las derechas difícilmente sacará de casa al desencantado progresista. El entorno del jefe del Ejecutivo lo asume. Toca, por tanto, centrar la variable más emocional en que el resto de actores políticas, empezando por Unidas Podemos, pero también PP Ciudadanos, han hecho imposible la gobernabilidad. Ellos - ¡faltaría más! - les han arrebatado la victoria sin siquiera existir una alternativa. El alto mando del PSOE tira de victimismo como arma para hacer recaer la carga de la prueba sobre Pablo IglesiasPablo Casado Albert Rivera y su supuesto obstruccionismo como relato ante “un votante enfadado por hurtarle su voluntad el 28-A”.

En paralelo, los estrategas del Presidente buscan hacer hincapié en que únicamente gobernar con responsabilidad permite ofrecer certezas a la ciudadanía y que la temeridad se torna siempre en frustración de los intereses de la mayoría social. La frase de Sánchez avisando de que le hubiera quitado el sueño compartir Gabinete con Podemos, perfilada de antemano, encajó con la intención de ilustrar de manera directa la desconfianza hacia Iglesias y de ahonda en el objetivo esencial de garantizar seguridad, fortaleza y, claro está, estabilidad.

Pedro Sánchez está confiado en su estrategia, definida desde hace tiempo de la mano de su jefe de Gabinete, Iván Redondo. La perspectiva de obtener de los españoles “un mensaje aún más alto y más claro” o, “una mayoría “redonda”” según se ha propagado internamente de boca en boca como si de un marketing viral se tratara, pasa por romper la dinámica de bloquesCrecer a costa de Podemos – algo, poco – y ante todo de Ciudadanos. Ahí está el mayor caladero. Hasta 2 millones de votantes dudosos con Albert Rivera a quienes los estrategas fían su hegemonía.

En la cabeza del Presidente ronda dejar el golpe definitivo a Pablo Iglesias en manos de Iñigo Errejón, empujado a dar el salto a la contienda nacional con su propia marca. Los análisis en manos de Sánchez arrojan que en circunscripciones donde el sistema funciona de manera más proporcional, como Madrid o Comunidad Valenciana, le restaría escaños a los morados. Para muestra, lo ocurrido el pasado 26 de mayo, cuando en la comunidad madrileña Más Madrid consiguió 20 escaños y 471.538 votos (14,72%), mientras la candidata de PodemosIsa Serra, apenas reunió 7 representantes y 179.046 papeletas (5,59%). Una irrupción en el tablero de Errejón, además de servir de elemento movilizador de la izquierda, podría ayudar a acelerar el boquete electoral de Iglesias, según interpretación de los gurús monclovitas.

Cuentas aparte, la carrera a las urnas ha arrancado y lo ha hecho con grandes interrogantes. Así es Pedro Sánchez, siempre en el alambre. Los socialistas aparecen inquietos, pero todos cuentan los días para el sábado, 28 de septiembre, apiñarse en el Comité Federal y ofrecer el unánime cierre de filas al secretario general. Nadie dentro del PSOE cuestiona esa previsión.

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