La superluna ¿azul o traidora? en Consuegra, tierra de “gigantes”
La luna azul ordinaria se produce cada dos años y medio aproximadamente, cada vez que coinciden dos lunas llenas en el mismo mes
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Creían en la antigua Grecia que Selene, la hermosa diosa de la luna, descansaba en el Olimpo mientras Helios iluminaba la tierra y cuando el dios sol se retiraba a descansar, ella recorría el cielo, subida un carro de oro, para evitar que la tierra permaneciera en total oscuridad.
Hoy, muchos siglos y generaciones después, sabemos de su influencia en las mareas e incluso en el carácter de las personas, conocemos sus ciclos e incluso muchos de sus secretos, pero seguimos mirándola sorprendidos cada vez que la vemos tan grande que parece engullirnos con su tamaño de superluna. Es la llamada superluna azul que, curiosamente no es azul y que es un fenómeno tan extraordinario que podemos disfrutarlo estos días, pero que no lo volveremos a ver hasta 2037, según la NASA.
La luna azul ordinaria se produce cada dos años y medio aproximadamente, cada vez que coinciden dos lunas llenas en el mismo mes, pero esa luna que parece gigante por encontrarse a la distancia más corta de la tierra, esa superluna azul que estos días vemos en nuestro cielo, tardará unos 14 años en repetirse.
Resulta curioso comprobar cómo, a pesar de su nombre, el color de esta superluna nada tiene que ver con el azul. Dicen los expertos de la NASA que esa denominación que algunos sitúan en antiguas tribus norteamericanas, se recoge ya en un escrito del siglo XVI, en el que se dice que “the mone is blewe”. Es, precisamente por ese escrito, por el que algunos estudiosos, defienden la teoría de que debería llamarse "luna traidora", porque lo de azul lo consideran un error de traducción, ya que ese “blewe” proviene del vocablo “belewe”, que significa traidor y que encajaría con una luna considerada traidora, toda vez que, con esa doble fase en un mes, rompía tradiciones seculares basadas en los ciclos lunares.
Estos días, millones de personas elevamos la mirada al cielo para disfrutar de ese espectáculo único y en lugares como Consuegra, viendo como la superluna azul aparece y se eleva sobre los molinos de viento, inevitablemente nos viene a la mente Don Quijote nos preguntamos qué pensaría el ingenioso hidalgo si hoy viera a “sus gigantes” como saliendo directamente de esa luna colosal y cómo sería su frustración al no poderlos vencer mientras sus aspas lo elevaban hacia esa gigantesca bola de luz.
-“Ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas”…,
-“Mire vuestra merced —respondió Sancho— que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento”….
-“Cuanto más, que yo pienso, y es así verdad, que aquel sabio Frestón que me robó el aposento y los libros ha vuelto estos gigantes en molinos, por quitarme la gloria de su vencimiento”.
Es la luna, esa gran desconocida, a pesar de que el hombre ya ha paseado por su superficie y, ahora, gracias a un pequeño robot que la recorre, empezamos a conocer incluso su cara oscura. La luna y la fascinación que despierta, rodeada de belleza y leyendas que van desde el “hijo de la luna” adoptado por la hermosa Selene, hasta el lugar donde viven y despiertan los sueños.