Susana Polo, la jueza que ha cambiado la historia del Tribunal Supremo
Es la segunda mujer en la historia de la institución con cargo en la Sala de Gobierno del alto tribunal
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La apertura del año judicial ha dejado este lunes una imagen para la posteridad. Se trata nada menos que de la segunda ocasión, en una historia ya centenaria, en la que una jueza forma parte de la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo. Lo cual ha supuesto, por tanto, ser recibida, junto al resto de magistrados, por el Rey. Y acaparar unos focos que normalmente apuntan hacia los hombres.
También la judicatura avanza, como atestigua Susana Polo. Ella es la jueza que ha marcado un hito en el alto tribunal, de cuyo órgano de mando es nombre propio desde noviembre de 2019. Casi un año después (lo cual realza aún más su mérito) de convertirse en magistrada del Tribunal Supremo.
Al borde de los 35 años de experiencia en el ámbito judicial, Polo llegó al Supremo en septiembre de 2018. Su idilio con los tribunales comenzó en 1985, con los juzgados de distrito de San Sebastián de los Reyes, Barcelona, Fuenlabrada y Madrid como primeros destinos. En 1988, se convirtió en magistrada.
Fue entonces cuando pasó por el juzgado de primera instancia e instrucción 6 de Alicante y por el juzgado de instrucción 4 de Madrid. Después, la Audiencia Provincial de la capital española le acogió entre 1997 y 2013: primero en la Sección Segunda y después ocupándose de la presidencia de la sección 26.
Antes de llegar al Supremo, trabajó, desde abril de 2013, como magistrada de la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Más allá de sus destinos, el hito más mediático de la carrera profesional de Polo es su condición de ponente de la sentencia del Supremo que condenó a los integrantes de 'La Manada'.
La participación de Polo en el célebre proceso por agresión sexual y violación múltiple no fue casualidad, ya que es especialista en violencia de género. De hecho, es ella quien coordina a nivel nacional, desde mayo de 2010, la especialización de jueces y magistrados en este ámbito. Además, cuenta con experiencia en la docencia universitaria (asociada en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid), con muchos cursos y seminarios a sus espaldas.
La magistrada se ha ganado un puesto de relumbrón en la historia del Tribunal Supremo, junto a otras dos mujeres también pioneras en lo referente a su Sala de Gobierno: Milagros Calvo y María Jesús Pera.
La primera hizo historia al ser la primera mujer que llegó al Tribunal Supremo en 2002 (perteneció a la Sala de Gobierno entre 2004 y 2009): lo logró tras años de brillantez en una profesión que, en sus inicios, ni siquiera contemplaba presencia femenina en España. Por su parte, la segunda ejerció como secretaria de Gobierno de la Sala desde 2007 a 2011.
Tanto Calvo como Pera señalaron el camino a Polo, en pleno apogeo tras iniciar hoy el que posiblemente sea el curso judicial más especial de su vida.