Ferraz, incapaz de frenar “la tormenta perfecta” del 19-J
El PSOE suma un creciente desánimo a los sondeos en contra
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Ferraz ha llegado al ecuador de la campaña bajo el intento de aferrarse a la potencia de fuego de último minuto del PSOE-A para convencer a votantes que les han sido fieles durante casi cuatro décadas. Y ello después de haber llamado a sus alcaldes a ponerse las pilas y volcarse en movilizar. Fuera de micros, los socialistas muestran nervios y desolación. “Nuestra gente está preocupada y asustada”, admiten.
Desde la cúpula del PSOE se ha tratado de contrarrestar el desánimo con una amplia red de mensajes para reclamar a los suyos confianza. “Si lloras por las esquinas - avisan - estás muerto”. “Hay que sudar la camiseta hasta el recuento de los votos”, defienden con ahínco. En el cuartel general se están cuidando de revelar los verdaderos datos de sus trackings diarios pero arrojan un triunfo rotundo del PP.
“Juanma [Moreno Bonilla] va a barrernos”, predicen en las tripas de la organización dónde se ven en un punto de no retorno este 19 de junio. Las trabas se acumulan con votantes otrora socialistas caminando hacia los brazos del candidato popular, una fuga acompañada de un pinchazo de las expectativas de Vox en la carrera. El “miedo” les quema en las manos. No sólo no ejerce ya de revulsivo sino que un efecto “rechazo” al aterrizaje de Macarena Olona vendría a beneficiar al PP.
Por eso, hay quienes identifican la campaña socialista como la de “la tormenta perfecta”, cuando todos los factores se han alineado en contra de Juan Espadas. Y así, los desembarcos al lado del candidato del PSOE de miembros del Gobierno se han convertido en gestos “de solidaridad”, en expresión gráfica y expeditiva de uno de ellos, ante un revés asumido como escrito para la izquierda. En cualquier caso, los socialistas no acaban de aceptar que se esté produciendo un “cambio de ciclo”.
Probablemente, el 19-J culminará la aureola de caballo ganador iniciada por los populares con Isabel Díaz Ayuso en Madrid; después, por Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León, y lo hará con Juan Manuel Moreno Bonilla, pues Andalucía es la mayor comunidad por extensión y población. En las alturas de Ferraz, anclados en una lectura exclusivamente autonómica de los resultados, ponen sordina a derivadas nacionales. Salvo debacle incontestable. Pero pocos son capaces de aventurar cómo responderá Pedro Sánchez, cuando además dirigentes se quejan de que el Presidente “no escucha”.