El Gobierno se lía con la reforma laboral ante el descontrol de sus apoyos
La Moncloa aspira a sumar al PNV a una cuadratura del círculo con Ciudadanos para la convalidación del decreto el 3 de febrero
Publicado el - Actualizado
3 min lectura
El Gobierno viene dándole tantas vueltas a los respaldos parlamentarios que incluso en su seno resulta difícil augurar cómo llegará al pleno extraordinario del Congreso el jueves 3 de febrero. Es el día señalado en rojo para lograr la convalidación de la reforma laboral.
A estas alturas, cuando los portavoces oficiales han desgastado la voluntad de sacar adelante el acuerdo sellado con los agentes sociales sin tocar una sola coma, ya pocos se atreven a hacer pronósticos sin miedo a pillarse los dedos. Entre cercanos al propio Pedro Sánchez se insiste en que el real decreto ley recibirá los apoyos necesarios, pero domina la cautela.
Entre otras razones porque la cuenta atrás se ve zarandeada por la pugna entre las distintas almas del Ejecutivo. Y el Presidente parece escuchar a todas. En resumen: Unos, como Unidas Podemos con Yolanda Díaz al frente, emplazan a mimar la mayoría de la investidura. Algo que se contempla de puertas adentro de La Moncloa con nulas posibilidades. ERC o Bildu son dados por “imposibles”. Otros abogan por ensanchar las miras con Ciudadanos, asumiendo de manera ineludible en el movimiento desencadenar nuevas tensiones en la coalición.
Las piezas están desperdigadas sobre el tablero, pero Sánchez mantiene la vía abierta para tratar de sumar a la ecuación al menos a uno de sus socios habituales, al PNV. La prevalencia de los convenios autonómicos es su condición sobre la mesa para votar a favor de la reforma laboral. El presidente de los nacionalistas vascos, Andoni Ortuzar, ya avisó de que no habría apoyo, ni abstención “táctica”, ni “un dejar pasar” si el texto que se presenta al trámite parlamentario no recoge su exigencia, una demanda “sencilla y fácil” de cumplir. Ello, en todo caso, pasaría por modificar el pacto con la patronal y los sindicatos. En La Moncloa dejan esa puerta abierta.
Una apuesta preferente pasaría ahora mismo por la “cuadratura del círculo” de sumar a PSOE (120 diputados) y Unidas Podemos (34 con el escaño aún vacío de Alberto Rodríguez) a los naranjas (10) y al PNV (6). Según las cuentas de cercanos al Presidente, podrían contar con el voto afirmativo de PDeCAT (4), Teruel Existe (1), Coalición Canaria (1), Nueva Canarias (1), PRC (1) e incluso UPN (2), y las abstenciones Más País (2) y de Compromís (1). A la postre, estarían hablando de un escenario idóneo de 180 síes frente a un máximo de 167 noes, los que sumarían PP (88), Vox (52), ERC (13), Bildu (5), Junts (4), CUP (2), BNG (1).
Con el PNV en el bando de los votos en contra, tal y como está ahora, la situación del Ejecutivo se presentaría oscura. Los números para lograr una mayoría seguirían siendo tercos y podrían salir al encuentro de Sánchez por apenas 1 voto de diferencia a su favor. 174 frente a 173 con la ayuda añadida de un par de abstenciones. Sería un escenario de máximo vértigo para Pedro Sánchez con una reforma laboral que esperaba Yolanda Díaz para lanzar su particular proyecto. Por cierto, hay en la cúpula del PSOE quienes se quedan con la parte positiva y sostienen que, visto lo visto, “haber quitado a la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo las riendas del diálogo social habría convertido este panorama cuesta arriba en insoportable para Sánchez”.