El Gobierno presiona al PP para acelerar la renovación del Poder Judicial

El PSOE presume de no aplicar vetos. De Prada es de nuevo intocable para Unidas Podemos

Pablo Casado, líder del PP y Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, en el Congreso. Archivo

Ricardo Rodríguez

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“La renovación del resto de instituciones hace más inexplicable el bloqueo del Consejo General del Poder Judicial”. El diagnóstico emitido desde La Moncloa es elocuente de la determinación en aplicarse a la presión sobre el PP para lograr la contrapartida del desbloqueo del CGPJ y ello apenas 24 horas después de la contestación en el PSOE y Unidas Podemos a la elección de Enrique Arnaldo para ocupar una vacante en el Tribunal Constitucional.

Los rasgados de vestiduras quedaron plasmados en el Congreso con una decena de deserciones. El socialista Odón Elorza emergió como el instigador de la rebelión contra la dirección de su grupo parlamentario que lo castigará con una multa de 600 euros. Sólo reconocieron desde el PSOE otras dos fugas, atribuidas a un error. Una de ellas, de José Luis Ábalos. Jamás estuvo en riesgo la votación. Siendo necesario un mínimo de 210 escaños, el apoyo en bloque de los socios de coalición y PP hubiera sumado 243. A pesar del colchón, la cúpula socialista exigió a sus diputados desvelarles el sentido de su voto telemático supuestamente secreto.

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El “trágala” de Arnaldo, a ojos de la coalición, debería servir para rematar la renovación, coincidiendo además con que el Poder Judicial cumple este próximo diciembre tres años con el mandato caducado. “La pelota está en el tejado del PP”, inciden, dejándolo todo en manos de los contactos discretos entre el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el secretario general de los populares, Teodoro García Egea. El Gobierno ha rechazado el cambio del modelo de elección en la línea planteada por los populares para que sean los propios jueces quienes designen a sus colegas, aunque una modificación de la ley orgánica estaría sobre la mesa.

En cualquier caso, se dejan entrever resistencias a dar nada por encaminado. Pies de plomo en el Ejecutivo que gusta presumir de generosidad al no aplicar “vetos”. La órbita morada ya enarbola de nuevo la discutida candidatura de José Ricardo de Prada como “intocable”. El ala socialista lo define como un magistrado “impoluto”, aunque eluden de momento afanarse en una cerrada defensa de quien aparece como inasumible para el PP al ser autor de la sentencia del caso Gürtel que desencadenó la moción de censura contra Mariano Rajoy.

Todo ello a la espera de constatar la evolución de los acontecimientos.