El lodazal del Senado

Sobre el papel, se debían debatir los supuestos acuerdos a los que Pedro Sánchez había llegado con Quim Torra, pero faltaba el protagonista principal, faltaba el presidente del Gobierno, que se encontraba en la cumbre de Davos. A pesar de todo los populares insistían en seguir adelante con la celebración del pleno para escenificar cómo el jefe del Ejecutivo ignoraba a una de las dos cámaras, pero el PSOE aprovechaba para enfangar el terreno de juego con un argumento recurrente: la supuesta implicación del portavoz del PP, Ignacio Cosidó, en la operación Kitchen.

Los socialistas retan a los populares a que presenten una moción, sí, pero de censura

El Senado había ofrecido varias fechas a Moncloa para que se celebrara esta sesión, y, ante el silencio administrativo del Gobierno, decidieron convocar el pleno este jueves. La ministra Celaá advirtió el pasado viernes que Pedro Sánchez se encontraría en Davos, pero, lo que ha molestado a la cámara, ha sido que el Ejecutivo no ha tenido, ni siquiera, la cortesía parlamentaria de responder. Es más, ayer por la mañana se ha celebrado una Junta de Portavoces, y, por primera vez, el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, asistía al Senado.

El enfado de los grupos ha sido también enorme, enfado con el PP, por seguir adelante con el pleno (Esquerra pedía conocer el coste de la sesión de este jueves). Es un espectáculo, decían, un circo, un esperpento, un postureo, algo desolador... Esquerra ha abandonado el hemiciclo nada más comenzar la sesión. PdCat y el PSOE lo han hecho cuando iba a tomar la palabra Ignacio Cosidó, porque no consideran que sea digno de subirse a la tribuna. Ander Gil le llegaba a decir que, aunque su “medio natural, hayan sido las cloacas”, no consentía que convirtiera a la Cámara en una cloaca más. Y de esta manera los socialistas han conseguido que el foco pasara de Sánchez, al portavoz del PP.

Ignacio Cosidó se defendía asegurando que la izquierda solo está en las instituciones cuando las controla, y subrayaba, que el problema aquí no ha sido la agenda de Sánchez, sino la voluntad expresa del Gobierno, de ocultar sus pactos con los independentistas.

Pero la cosa, no acababa ahí: el PP anunciaba que volverían a pedir la comparecencia de Sánchez y, si sigue “chuleando” al Senado, advierten, reprobarán al jefe del Ejecutivo a través de una moción. Los socialistas retan a los populares a que presenten una moción, sí, pero de censura.