El PSOE teme los efectos del 13-F en el Gobierno de coalición
El fiasco electoral amenaza con acentuar los roces entre socios
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El PSOE está en guardia.... El descalabro de Unidas Podemos, en esta ocasión en Castilla y León, puede conllevar un reforzado ataque de diferenciación de los morados si descargan su desgaste en los socialistas. Ese recelo recorre la sede de Ferraz donde a pocos se les escapa que el inaugurado ciclo electoral entraña un ajetreado escenario en el seno de la coalición con el temor in crescendo de los morados a ser devorados por el socio mayoritario.
En plena digestión del descalabro, precisamente, los podemitas han pretendido hacer del Congreso el escenario de un nuevo encontronazo, toda vez ha defendido su propuesta de reforma fiscal – incluida una subida de impuestos en 30.000 millones de euros – que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tachó de “inoportuna” y el PSOE ha decidido tumbarla tras determinar su respeto a los tiempos del Gobierno. El proceder de UP, decididos a convertir en un valor hacer oposición desde el Gobierno con sus “bombas de racimo”, irrita a La Moncloa.
Llegada la hora de los análisis más exhaustivos y de las cuentas, el 13-F ha puesto en ebullición a Unidas Podemos después de dejarse 1 de los 2 procuradores que tenía en las Cortes castellano y leonesas. Los morados han mirado a sus referentes. Pablo Iglesias define de “muy malos” los resultados, además de llamar a conformar el “frente amplío” bajo “un liderazgo como el de Yolanda Díaz”, pero que, en el escenario abierto, “no va a bastar” “el milagro Yolanda”, más si cabe tras la convalidación de la reforma laboral y el anuncio de la subida a 1.000 euros del Salario Mínimo Interprofesional en medio de la contienda electoral.
La vicepresidenta ya evidenció que el proyecto de UP poco tiene que ver con el suyo y así lo escenificó con su escasa participación en la campaña, apenas un mini acto en el tramo final. Tal espantada, según apostilla la cúpula morada, en ningún caso puede volverse a repetir en las siguientes urnas. Hasta ahora, Díaz sólo ha azuzado la zozobra en las filas podemitas con un mensaje lanzado en redes sociales: “La ciudadanía que quiere cambios y exige ambición de transformación está ahí esperando. Solamente tenemos que mirar al lugar correcto y estar a su altura”. La ausencia de certezas en el rumbo lleva además a mirar hacia el Gobierno para empujar al PSOE a demostrar mayores dosis de valentía, “audacia” lo llaman, en sus políticas.
Alertas anti-Vox aparte, vender acción ejecutiva es precisamente una de las fórmulas rescatadas de nuevo por Pedro Sánchez para pasar página de un fiasco en las urnas de Castilla y León que le ha llevado a dejarse más de 100.000 votos y 7 de los 35 escaños logrados en 2019. De ahí la convocatoria esta misma semana por el Presidente de dos reuniones del Consejo de Ministros. La Moncloa, claro está, lo justifica en la necesidad de acelerar la luz verde a distintas normas y cumplir con los compromisos adquiridos según el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
En este contexto, el Gabinete ha aprobado este martes la Ley de Cine, además de una nueva remesa de fondos para el denominado "Plan Corresponsables" de Igualdad, y el viernes hará lo propio con la de Ciencia. La semana próxima, sólo habrá una cita del órgano colegiado del Gobierno, en principio con el SMI como plato fuerte, al cruzarse la Conferencia de Presidentes el viernes 25 en la isla de La Palma, pero, a la siguiente, duplicará de nuevo su número de reuniones... los días 1 y 4 de marzo. El objetivo de Sánchez, evidentemente, es ofrecer una imagen de actividad, además de utilizar la atalaya monclovita para acaparar todo el protagonismo a su alcance y, descontado, tratar de condicionar el debate público.