Sánchez se aferra a la “cogobernanza” para que las CCAA asuman las restricciones
El Gobierno va a "escuchar" a la Conferencia de Presidentes y sólo llevará recomendaciones
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El virus vuelve a ir por delante del Gobierno. Sin planificación, ni rastro de algo parecido a la autocrítica, Pedro Sánchez reúne este miércoles la Conferencia de Presidentes. La convocatoria apenas le llevó siete minutos de una comparecencia institucional, un formato al que el jefe del Ejecutivo está abonado como coraza frente a la prensa. La intención última, reconocida en La Moncloa, visibilizar la implicación del Presidente ante la escalada de la variante Ómicron.
Pero la ausencia de un plan nacional para seguir combatiendo la pandemia y la manida “cogobernanza” que invoca Sánchez deja en manos de las Comunidades Autónomas tomar sus medidas para frenar esta sexta ola. “Las CCAA – repiten en el Gabinete – disponen de las herramientas”. Las retóricas apelaciones del Gobierno a una “unidad de acción” chocan con la delantera tomada por los Ejecutivos regionales que están tomando distintas vías para hacer frente al mismo enemigo: el incremento de los contagios y de las hospitalizaciones.
Así, Cataluña ha reclamado los toques de queda, restricción que venía siendo descartada en La Moncloa, al igual que otras medidas duras como los confinamientos. Andalucía, Galicia, Comunidad Valenciana, Castilla La Mancha o el País Vasco han solicitado la obligación de usar la mascarilla en exteriores. La limitación de los encuentros durante las Navidades está también sobre la mesa de distintas comunidades, además de la reducción de aforos y el uso del pasaporte Covid para acceder a la hostelería o al ocio nocturno.
A solo 48 horas de la Nochebuena, sin orden del día con contenidos concretos por estimarlo desde La Moncloa carente de sentido “cuando son las comunidades las que conocen sus realidades y necesidades”, Sánchez espera compartir con los líderes autonómicos en un foro de naturaleza “extraordinaria” los inquietantes indicadores, escuchar sus pretensiones de actuación, pero el presidente del Gobierno siempre puede sacarse algún as de la manga al servicio de otra foto propagandística con la que emprender la recta final del agitado curso político.
Y ello cuando Pedro Sánchez abogó en su alocución institucional por “evaluar nuevas medidas que podamos poner en marcha a lo largo de las próximas semanas”. La idea extendida en el seno del Ejecutivo es ya que “enero será un mes particularmente complicado”. De ahí que Sánchez desempolvaría si acaso en esta XXV Conferencia de Presidentes recomendaciones de sus expertos como la reducción a la mitad de aforos en restauración y ocio nocturno e incluso, ante un aumento de la incidencia, la clausura de interiores, además de controlar o directamente prohibir las grandes aglomeraciones, tan propias de estas fiestas.
El presidente del Gobierno puede marcar la agenda, sin embargo, la última palabra sobre la aplicación de ese catálogo de medidas, una suerte de orientación general, en cualquier caso, la tendrán las autonomías. “El Gobierno es muy respetuoso con las decisiones que va adoptando cada una de las Comunidades”, ha reivindicado en distintas ocasiones la portavoz, Isabel Rodríguez, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Es, a la vez, la manera que tiene Pedro Sánchez de incidir en la “cogobernanza”, mientras saca pecho del alto nivel de vacunación que atenúa las consecuencias de la enfermedad, frenando la letalidad.
Sin embargo, la rauda expansión de la variante deja en el aire la prometida recuperación. “Parar el virus sin parar la economía”. Es la prioridad del Ejecutivo, aunque ahora mismo también quede a expensas de ómicron.