Sánchez busca la fórmula para insuflar vida a la Legislatura

La gobernabilidad atraviesa riesgo de muerte prematura. El “cisma” secesionista alienta los espejismos en La Moncloa

Sánchez busca la fórmula para insuflar vida a la Legislatura

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

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Pedro Sánchez emerge tambaleante del fracaso de su confabulación con Inés Arrimadas para asaltar distintas Comunidades Autónomas. Si el fiasco en Murcia, con el premio de consolación del ayuntamiento, o en Castilla y León ha sido notable, la convocatoria electoral en Madrid el 4-M resulta, para la sala de máquinas socialista, un contratiempo muy inoportuno, que sólo servirá a fortalecer a Isabel Díaz Ayuso y engordar al PP. Ahora mismo, el estado emocional del PSOE se antoja de desaliento. A ello se suma una aritmética parlamentaria cada vez más en el aire.

La coalición (PSOE + UP) suma 155 escaños, a 21 de la mayoría absoluta. A efectos de formar y completar números para sacar adelante sus iniciativas, Sánchez ha venido haciendo alarde del bloque Frankenstein. Incluso ha sumado en ocasiones a los naranjas. Hasta el momento. A la implosión de CS se suma la salida del Gabinete de Pablo Iglesias que, ante su pérdida de sitio en la política nacional, desempolvará sus galones de líder de Podemos para ahondar en líneas rojas. A la incierta etapa cabe añadir un alejamiento de ERC, volcada en lanzar aireados avisos al PSOE de que se la juega ante las demoras que amontonan diversos compromisos. Otra más en la frente. Y la coyuntura impide a Sánchez cumplir con un costalero preferente.

Así, la vulnerabilidad del Gobierno en las Cortes va tomando forma desde que salvó el decreto de los fondos europeos por la mínima y gracias a la abstención de Vox. Encendidas las luces rojas, La Moncloa ha ido pisando el freno a su agenda legislativa, en espera de aclarar el agitado panorama con epicentro en la constitución de la nueva Generalidad de Cataluña. El Presidente hizo de las elecciones catalanas su gran apuesta pensando en sumar legitimidad ante los independentistas en virtud de una victoria del PSC para encauzar su “política de reencuentro”. Tal perspectiva descarriló, a priori, ante unos tratos de ERC con la CUP y JxCAT que únicamente pueden ofrecer a Sánchez una vuelta de tuerca a la confrontación con el Estado.

El entorno de Pedro Sánchez se resiste a descontar el peor de los escenarios. O no de momento. Y ello ante el bloqueo de Carles Puigdemont a la investidura de Pere Aragonés en la primera votación y camino de sufrir idéntica suerte este martes, cuando se celebre la segunda vuelta del debate. ¿A la tercera irá la vencida? El reloj de la cuenta atrás a una repetición electoral está en marcha. El plazo para la entente concluirá el 26 de mayo. Las señales emitidas desde ERC llevan al núcleo duro de Sánchez a hablar de “extorsión de Puigdemont”. ¿Por ahí puede romperse la cuerda? Difícil. En mente de guionistas de Sánchez, aún su combinación alternativa: Una alianza de Aragonés con En Comú y apoyo externo del PSC que garantizaría al Presidente el apoyo de los 13 escaños separatistas en el Congreso.

El comportamiento de ERC resulta siempre una incógnita para los socialistas, pero soltar la mano de JxCAT supondría su espada de Damocles en las elecciones municipales de dentro de 2 años de ser señalados como los traidores que pactan con “el partido del 155”. Los cálculos de La Moncloa, en cualquier caso, explicitan el plomo en las alas de Pedro Sánchez que, dispuesto a aguantar hasta cerca de 2023, necesita rehacer su puzle con las piezas esparcidas sobre el tablero nacional. Cercanos colaboradores se dicen “acostumbrados a vivir al límite” y enarbolan como asideros los atados Presupuestos Generales del Estado, el reparto de los fondos europeos y, descontado, dejar atrás la pandemia.... Sin embargo, una pregunta circula en mentideros: “¿Cómo se reinventará Sánchez?”

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