Sánchez deja pasar el roce con Unidas Podemos en la crisis de Ucrania
Moncloa descuenta la lealtad de los morados y ciñe el disenso al ámbito del partido
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En La Moncloa ningunean el desmarque de Unidas Podemos con su grito de “No a la guerra”, a pesar de reconocer algún escozor producido por comparaciones hechas de Pedro Sánchez con José María Aznar. “¿De qué van?”, ha llegado a oírse en despachos aledaños al del Presidente. A la espera de acontecimientos en la crisis de Ucrania, Sánchez dejará pasar el ruido morado, siempre y cuando “quede fuera de la mesa del Consejo de Ministros”, avisan en su entorno, convencidos de obtener el refrendo del órgano colegiado del Gobierno si llega a ser menester.
Y es que la órbita socialista ha situado la rebelión de Unidas Podemos contra la implicación de Sánchez con la OTAN en una “clave puramente orgánica”, limitada al “ámbito de partido”, ante el apremio de atar su desvertebrado espacio a la izquierda del PSOE. “El disenso es su arma como formación distinta que es del Partido Socialista”, subrayan. Tras la tensión del ala morada emerge Pablo Iglesias. Eso afirma el equipo presidencial. El otrora líder podemita “marca el paso” a los suyos y “en ese difícil equilibrio – inciden - debe moverse” Yolanda Díaz, celosa de guardar su autonomía. También ante los planes de disuasión frente a Rusia.
La brecha abierta por el socio minoritario solo ha recibido una reivindicación en redes sociales del propio Pedro Sánchez de su apuesta por “la unidad, la distensión, la solidaridad y el diálogo para resolver la crisis”. Ahora bien, durante el fin de semana, el Presidente ha desplegado una intensa ronda de contactos destinada a incidir en la coordinación tanto con la Unión Europea como con la OTAN. Los guionistas presidenciales han querido evidenciar la amplitud de los actores implicados, subrayando en todo momento las diferencias respecto a la guerra de Iraq de 2003, cuando España se embarcó en una alianza “falta de avales” con Estados Unidos.
Entre las conversaciones telefónicas mantenidas por Sánchez en las últimas horas destacan el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg o la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, además del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el Alto Representante para la Política Exterior, Josep Borrell. Las actuales circunstancias se plantean para Pedro Sánchez como una oportunidad para volver a colocar en el mapa internacional a España, en vísperas además de acoger en junio la cumbre de la Alianza Atlántica en Madrid.
Así, la agitación de viejos fantasmas del pasado por Unidas Podemos es desactivada desde La Moncloa ante el cumplimiento de las obligaciones con nuestros aliados, dando por descontada la “lealtad” del socio minoritario. “Tienen asumido que las riendas de la política exterior y de defensa las tiene en exclusiva el PSOE”, sostienen, y además la fija el Presidente. De hecho, recuerdan, esas carteras llamadas de Estado, fueron innegociables para Sánchez cuando hubo de repartir competencias con Iglesias al inicio de la Legislatura. El acuerdo estuvo orientado a proteger los intereses de la facción socialista en el Gabinete.