Sánchez naufraga en el intento de “pasar página” a la crisis de Garzón

El cambio de tercio se complica con el ministro cerrado en banda en sus posiciones

Sánchez naufraga en el intento de “pasar página” a la crisis de Garzón

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

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El reencuentro del Consejo de Ministros en el estreno de este 2022 ha llegado bajo la sacudida de la coalición. Tras desautorizarlo, en medio del fuego cruzado, Pedro Sánchez ha reunido este martes a los 22 miembros de su Gabinete, incluido Alberto Garzón, y demás protagonistas del choque. El encuentro, bajo secreto de las deliberaciones, ha resultado sin tensiones, breve, “muy corto”, a decir de varios de los presentes, rutinario, y “sin ninguna particularidad”.

En la antesala del Consejo, en los minutos previos, Luis Planas, volcado en esta jornada en un giro de guión en un auténtico road show mediático, se ha dirigido directamente a Garzón para afearle su controvertida entrevista en The Guardian. El titular de Agricultura ha estimado sus palabras “desafortunadas”, dando lugar a “equívocos”, y sobre todo origen de una polémica que el Gobierno debía haberse ahorrado. El ministro de Consumo se ha ratificado ante Planas en su postura y además promete seguir en esa misma senda en futuras apariciones.

Un quebradero de cabeza para el propio Sánchez que confiaba en marcar la agenda en el arranque del nuevo curso. Y, a estas alturas, “pasar página”, según admite su equipo, de la declaración de guerra de Garzón a las explotaciones ganaderas. El impacto del anuncio de Sánchez de controlar el precio de los antígenos formaba parte del plan de los estrategas para copar el foco de atención. En el intento de levantar cabeza, Isabel Rodríguez ha reiterado el apoyo a la ganadería que es “inequívoco y total”. “El resto – ha sostenido – no contribuye a la puesta en valor de un sector del que nos sentimos orgullosos y que contribuye al PIB del país”.

Frente a las palabras y el ruido” se imponen, según ha desplegado la portavoz en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, “los hechos” y las decisiones del Gobierno. La Moncloa ha buscado restar trascendencia al borrón de Alberto Garzón, aunque obviamente preocupa la tensión interna. “El ruido desaparecerá y nadie se acordará”, han defendido colaboradores del Presidente, aunque con escasa convicción. Y es que, en lugar de disminuir la crisis, Podemos la ha ido agrandando al situar en su punto de mira a Sánchez, señalado como “desleal” tras haber lamentado “muchísimo” la polémica de las macrogranjas.

Tal extremo fue inmediatamente reinterpretado por los morados: Sánchez asume “los bulos” de PP y Vox. Lejos de achantarse, la órbita podemita parece decidida a cargar las tintas con la controversia y convertirla en uno de sus ejes de la contienda electoral abierta en Castilla y León. El despliegue mediático de Planas ha respondido a un intento de darun toque de atención” en esa tentativa de La Moncloa de forzar el carpetazo a la disputa y ello en medio de la contrariedad del ala socialista porque, “como no se zanje, la crisis va a empañar toda nuestra acción”, avisan a un mes vista de las urnas castellano-leonesas.

Ante la opinión pública, entretanto, Isabel Rodríguez se ha encargado de dejar solo a Garzón al tiempo que ha vendido la “buena saludde la coalición. Las refriegas internas, sin embargo, seguirán e irán a más ante la concatenación de citas electorales en el horizonte y los socios deberán convivir con ellas. La coalición no corre peligro. En ello coinciden en ambos lados. Es un Gobierno bicéfalo, pero con la vista fija en finales de 2023.