Pedro Sánchez orilla la Constitución ante Torra para garantizarse la legislatura
El presidente del gobierno cerró con el líder catalán un acuerdo con notables consecuencias prácticas
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Pedro Sánchez unió su destino al de Quim Torra en su cita este 20 de diciembre en el Palacio de Pedralbes. Ambos coincidieron en “la existencia de un conflicto sobre el futuro de Cataluña”, acordaron entablar un diálogo “efectivo” para alcanzar una “propuesta política de amplio apoyo de la sociedad catalana” y avanzar en una “respuesta democrática” a las demandas de los catalanes, en el marco de “la seguridad jurídica”.
Así lo suscribieron, negro sobre blanco, los Gobiernos en un comunicado conjunto en el que La Moncloa cedió ante la Generalidad a eliminar una referencia expresa de la Constitución, que sí figuraba en su borrador inicial, según reconocieron fuentes de toda solvencia, a cambio, precisamente, de la apelación al marco de “la seguridad jurídica”. Entre bambalinas, el Ejecutivo de Sánchez quitó hierro y llamó a fijarse en la renuncia del secesionismo a apelación alguna en el texto a la unilateralidad o el referéndum.
Fruto de ese documento, Sánchez y Torra se emplazaron a celebrar otra reunión de sus Gobiernos en enero tras llegar a estar ambos a solas en el Palacio de Pedralbes durante más de una hora y, a posteriori, otros diez minutos con la vicepresidenta Carmen Calvo y la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, y el vicepresidente Pere Aragonés y la consejera de Presidencia, Elsa Artadi, pero, de pie, en ningún momento sentados, incidieron en La Moncloa para defender que “la fotografía a seis” únicamente fue un saludo.
Los tiras y aflojas se impusieron hasta el último minuto en una “reunión” o una “cumbre”, según la versión del Gobierno o de la Generalidad. Hasta el punto de aparecer Pedro Sánchez y Quim Torra, en la clásica escena de los sofás, con flores amarillas de por medio, a juego con el lazo en la solapa del Molt Honorable, y, alertado, el propio jefe de protocolo del Palacio La Moncloa, veterano funcionario curtido en numerosas lides, Andrés Costilludo, llegó a añadir flores de Pascua, rojas, para ocultar las amarillas.
Y, sin embargo, pese a la palpable desconfianza, ambos presidentes han dejado en evidencia claramente su voluntad de sacar adelante la Legislatura, evitando así el riesgo de una alternativa de “las derechas” en una convocatoria de generales anticipadas. En enero, “durante la segunda, tercera o cuarta semana”, según ha llegado a trasladar con escasa precisión el mismo Sánchez, el Gobierno presentará su proyecto de Presupuestos Generales del Estado y, tras “el pacto de Pedralbes”, los secesionistas pueden terminar prestándose a darles su respaldo, en una reedición más de la mayoría absoluta de la moción de censura.
La euforia desprendida por La Moncloa apuntaba, desde luego, a ese escenario. Apuntalando esa lógica, en el entorno del presidente del Gobierno se ven con “margen de maniobra para alcanzar 2020”.