Cartas desde el corredor de la muerte
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Dos cartas, hay muchas más, pero vamos a reproducir solo dos cartas que Pablo ha escrito en su celda. Dos escritos que muestran dos estados de ánimo distintos dentro del corredor de la muerte
Carta íntegra firmada por Pablo Ibar el 29 de septiembre de 2009.
"Estimados amigos y amigas:
Sin vuestra ayuda y apoyo, no creo que yo ni mi familia hayamos podido experimentar ese día tan maravilloso en el tribunal que creo haber experimentado.
Fue un gran aliciente ver por fin cómo mi apelacion tiraba para adelante. Pero mentiría si no dijera que estaba muy nervioso, inquieto y preocupado porque quería que todo saliera bien. Y la verdad es que creo que salió todo fenomenal. Llegó aquí en el corredor de la muerte ya muchos años. He hablado con muchos presos aquí en el corredor y que ha acudido a la biblioteca jurídica para estudiar casos. Hasta ahora nunca me he cruzado con un caso en el que un abogado defensor testificara como lo hizo mi antiguo abogado de oficio. ¡Y el Estado de Florida no llama a nadie para testificar y refutar lo que el atestiguó!
Luego trajimos a un experto en identificaciones y éste atestigua que en su experta opinión, yo “y el hombre del video no son la misma persona”. ¡Y el estado tampoco llama a nadie para refutar su testimonio! realmente es increíble y se lo debo todo a mis fenomenales abogados. Tengo que agradeceros a todos vosotros que alguna vez me habéis apoyado y continuáis haciéndolo. Porque sin el Sr. Waxman y sus abogados no creo que esto pudiera haber sido posible. Me siento muy optimista y especialmente agradecido a todos y todas quienes me habéis ayudado en obtener una defensa letrada de calidad y por tanto Mejores posibilidades que creo que está trabajando mucho para demostrar mi inocencia y salvarme la vida.
Por fin creo que tengo una verdadera oportunidad de conseguir un nuevo juicio, demostrar mi inocencia con un abogado de calidad y volver a mi casa con mi maravillosa esposa y familia. Tengo que agradeceros a todas y a todos el haberme proporcionado esperanza en un lugar tan oscuro y solitario. Sigamos trabajando para conseguir este nuevo juicio y salvarme la vida. Muchísimas gracias del fondo de mi corazón y os agradezco el apoyo económico que me ha permitido contar con tan buena defensa.
Con toda mi gratitud y respecto,
Saludos,
Pablo"
Carta íntegra firmada por Pablo Ibar el 20 de mayo de 2008.
"Un saludo para mis amigos y para toda la gente que me apoya en esta lucha contra la injusticia cometida contra mí y contra la humanidad.
Desafortunadamente, todavía me encuentro en el corredor de la muerte por un crimen que no cometí. Tengo algunas noticias que transmitir a todos aquellos que os interesáis por mí. Tuvimos un retroceso en nuestra lucha para abolir esta cruel e inhumana maquina de muerte. La Corte Suprema de los Estados Unidos denegó la apelación sobre la inyección letal. Un día esta terrible máquina de matar será abolida de una vez por todas.
La pena de muerte no tiene lugar en el sistema penal porque los errores están el sistema, a todos los niveles. Una cosa es mandar a prisión a un hombre o a una mujer, pero otra es acabar con una vida irremplazable debido a la posibilidad de que exista un error. Así que, hasta que las leyes sean perfectas y los errores humanos no existan, no tenemos derecho a quitarle la vida a nadie. Cada persona acusada de un delito tiene derecho a al debido proceso.
Sin embargo, cada etapa del proceso deja espacio para cometer errores. Error tras error, con el conocimiento de que los errores pueden darse, y de hecho se dan. ¿No es peligroso ejecutar legalmente a una persona cuando existe la posibilidad de haber cometido un error? Además, si está mal que un criminal quite la vida a alguien, qué sucede con el sistema legal en los Estados Unidos de América, que se da la vuelta y hace lo mismo, cuando todos sabemos que los errores suceden y sucederán. Especialmente cuando lo que está en juego es la ¡vida!
En los últimos años, descubrimientos científicos, como las pruebas del ADN, nos han descubierto que hombres inocentes han pasado en el corredor de la muerte 20 o más años. Esto no hace más que reforzar el innegable hecho de que hombres y mujeres inocentes han sido ejecutados. Si ha sucedido una vez, una sola vez, significa que puede volver a suceder. Estos riesgos no deben ser ignorados. Enjuiciamientos de mala fe, identificaciones erróneas, testimonios bajo perjurio, confesiones falsas bajo coacción, pruebas científicas erróneas y errores de la abogacía, dan la oportunidad de condenar erróneamente a alguien por un crimen que no cometió. Así, ejecutar a alguien con todos estos factores es una terrible injusticia del sistema legal.
Si Dios quiere, llegará el día en que este Gobierno reconozca sus errores y abandone esta máquina de muerte. Hasta la próxima, paz y amor. Mi lucha continuara con vuestra ayuda, con vuestro apoyo. Sé que sobreviviré a esta errónea convicción y a esta máquina de muerte,
Que dios os bendiga,
Pablo"