Chile vacuna a ritmo de récord, pero se enfrenta a su peor oleada de covid: estas son las razones

Las buenas cifras de vacunación en el país chocan con la realidad sanitaria. Chile registra sus peores números desde el inicio de la pandemia por causa de un exceso de relajación

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Dra. Crispi, presidenta del Colegio de Médicos de Santiago de Chile: "Se lanzó un mensaje poco cauteloso"

David Ferreiro

Publicado el - Actualizado

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El ritmo de vacunación alrededor del mundo avanza de forma desigual. Mientras en Europa somos dependientes de los acuerdos comerciales con ciertas compañías, países como Chile destacan entre los primeros a nivel mundial gracias a su anticipación a la hora de negociar con los potenciales distribuidores y a no vetar a ningún laboratorio, adquiriendo una gran variedad de vacunas sin prestar atención a su origen.

Esto ha llevado a Chile a oscilar entre las primeras posiciones de los países con un mayor porcentaje de su población inoculada. De hecho, a fecha de principios de este mes y siempre según los datos oficiales, aproximadamente un 40% de la población del país andino ha recibido al menos una dosis de la vacuna. Unas cifras muy alejadas de la realidad que atraviesan el resto de países de América Latina. Salvo Uruguay, donde se pasan de las 20 dosis por cada 100 habitantes, el resto de naciones apenas consiguen llegar a las diez, aunque todas rondan el 2% de su población vacunada de las ambas dosis. En Chile, por contra, superan ampliamente las 50 dosis por cada 100 habitantes.

La efectividad chilena, con algo más del 20% de su población completamente vacunada con las dos dosis -lo que la sitúa como la tercera nación con mayor porcentaje de habitantes completamente vacunados por detrás de Israel y los Emiratos Árabes Unidos- se debe a varios factores. El primero de ellos, la habilidad a la hora de negociar la compra de las vacunas, incluso antes de su salida al mercado. Su buen hacer en las negociaciones, así como la previsión para gestionar la compra de vacunas meses antes que la gran parte de naciones, han sido claves para que el país sudamericano cuente con un buen número de dosis de varios proveedores que lo sitúan a la cabeza de América Latina.

Otro de estos factores ha sido la infraestructura sanitaria con la que cuenta el país, que unido a la experiencia de sus sanitarios en la realización de campañas de vacunación masiva de las distintas enfermedades que han azotado al territorio a lo largo del último medio siglo, han hecho posible la rápida actuación.

Anticipación y confianza, las claves de la vacunación chilena

Desde mayo del año pasado, el presidente de la República Sebastián Piñeda, que destaca por su gran capacidad negociadora, puso a los diferentes ministerios implicados a contactar, negociar y cerrar acuerdos con varios laboratorios alrededor del mundo, sin poner ningún veto ni imponer preferencias. La colaboración de las universidades del país también fue otro de los factores clave, en especial en el caso de la Universidad Católica de Chile, que trabaja desde hace años con diversos laboratorios chinos.

Se apostó por ofrecer la posibilidad de realizar las pruebas de fase 3 de diferentes vacunas como Sinovac o AstraZeneca en suelo andino. La idea fue muy bien acogida por la población del país, con un gran número de voluntarios que recibieron la primera dosis de la vacuna. Esta gestión, además de permitir el comienzo de la campaña de vacunación, otorgó a Chile cierto privilegio en cuanto a la negociación del precio de las vacunas y su disponibilidad. A día de hoy, otros laboratorios, como por ejemplo el asiático CanSino, realizan ensayos en el país chileno.

Así, mientras en Europa se seleccionaba con cierto recelo qué vacuna comprar, dándole la espalda al mercado asiático, en Chile tomaron la decisión de no cerrar ninguna puerta. Tanto es así, que el 65% de las vacunas chilenas tienen procedencia asiática, siendo la Sinovac la más común, aunque también se ha vacunado con Pfizer y se ha cerrado acuerdos con AstraZeneca y con el laboratorio Janssen, al mismo tiempo que continúan las negociaciones para adquirir dosis de la rusa Sputnik V y de la asiática CanSino. Todo con la intención de vacunar a sus casi 19 millones de habitantes lo antes posible, fijando el objetivo de la inmunidad de rebaño a mitad de este 2021.

Sin embargo, esta apuesta por la diversidad no ha sido la única clave para que el país llegue a vacunar a un ritmo vertiginoso. Para que esto sea posible, la administración de las vacunas debe hacerse de modo rápido y efectivo. El plan del Gobierno chileno fue claro, distribuyendo la vacuna por la amplia red pública de centros de atención primaria, llevando un registro electrónico de todo el proceso y creando un calendario de vacunación flexible y con gran anticipación que aseguró la eficiencia del proceso. De esta manera, y según lo que ha comentado a los micrófonos de COPE la presidenta del Colegio de Médicos de Santiago de Chile, la doctora Francisca Crispi, la clave para que las negociaciones dieran su fruto final fue "tener un sistema de atención primario fortalecido capaz de llegar a toda la población por igual".

'Víctimas' de su éxito

Sin embargo, aunque las cifras de la campaña de vacunación inviten al optimismo, la situación epidemiológica ha empeorado notablemente en las últimas semanas. El discurso por parte del Gobierno se basó en transmitir un mensaje de éxito, que unido a la relajación de las medidas durante el verano austral llevó a una relajación considerable por parte de la población. La movilidad de la gente a largo y ancho del país, unido a la repaertura de comercios y grandes superficies y a la aparición de las diversas cepas del virus, en especial a la brasileña por la proximidad, hicieron el resto.

Situación que empieza a ser realmente alarmante, como bien destaca la doctora Crispi, que tiene claro que la problemática vino dada porque "se permitieron actividades de alto riesgo y se trasladó un mensaje de éxito, de que lo habíamos hecho bien, cuando en realidad todavía existían muchos riesgos". Ahora, Chile registra sus peores datos desde el inicio de la crisis del coronavirus.

La población se relajó y, a pesar de continuar respetando las principales medidas sanitarias, se permitieron actividades que generaron una sensación de seguridad y éxito que ha tenido efecto rebrote. Adonis Mora, un estudiante chileno, comenta que "somos el país ejemplo de vacunación, pero como se ha visto también el ejemplo de que la inoculación no es el final de todo esto".

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Un ciudadano chileno: Somos el ejemplo de vacunar rápido, pero también de que eso no es el final

Adonis, un joven chileno, cree que se pecó de optimismo por causa del buen ritmo en la campaña de vacunación y que las autoridades fueron demasiado permisivas

Durante las últimas semanas Chile registró el mayor número de contagios por covid desde el inicio de la pandemia, con más de 8.000 diarios, lo que obligó a tomar medidas más severas. Con el miedo añadido de que la cifra se descontrolara con la llegada de Semana Santa, el país decidió cerrar sus fronteras durante el mes de abril, restringiendo la salida de los residentes y prohibiendo la entrada a todos aquellos extranjeros que no tengan su domicilio en suelo andino.

Del mismo modo, el Ejecutivo también optó por adelantar el toque de queda a las 21 horas, una hora antes que hace apenas unas semanas, y por cerrar y limitar aquellos espacios y negocios considerados no esenciales. Desde el inicio de la pandemia, Chile ha superado el millón de contagios y registra más de 23.000 fallecidos por culpa del covid19.

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