Argelia y Marruecos rompen relaciones diplomáticas: qué ha pasado y cómo afecta a España
La constante tensión entre los dos países dominantes del norte del continente africano, han estallado por las consecuencias de los tratados de Abraham de Oriente Medio
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Las tensiones continúan en Marruecos. Una vez la tensión junto a España llegó a su fin, parece que los problemas institucionales no terminan para el rey Mohamed VI. Esta vez son los argelinos los que han decidido formalizar una ruptura de relaciones que parecía prevenirse desde hace ya algún tiempo. El caso es que Marruecos no deja los problemas con sus vecinos, primero fue España y ahora los colindantes, Argelia.
Los problemas entre estos dos países se remontan a los inicios del conflicto por el Sahara Occidental, ya que el Frente Polisario es una creación en la que Argelia tiene parte de mérito de participación. El objetivo por el que intervino en este establecimiento, fue para poder contar con un socio en esa zona del mapa africano, y con la posibilidad de tener una salida al Océano Atlántico. Esto daría muchas más posibilidades al gigante africano para contar con un punto estratégico desde el punto de vista geopolítico y comercial.
Toda esta situación ha derivado una tensión palpable entre ambos países. Argelia, en concreto tiene una situación social bastante revuelta en los últimos tiempos; las manifestaciones, los combates contra los bereberes, incendios se están convirtiendo en algo frecuente. A pesar de la ayuda que Marruecos estaba dispuesto a ofrecer, el hastío por los Acuerdos de Abraham ha originado el desenlace ya conocido.
Los Acuerdos de Abraham son las relaciones diplomáticas que se establecieron entre Israel y Marruecos que, entre otras cosas suponen que tanto Estados Unidos como Israel, reconocen al Sahara Occidental como territorio marroquí, algo que a Argelia le ha supuesto el culmen a su paciencia y la decisión de finalizar el institucionalismo entre Marruecos y Argelia.
España afectada por esta situación
Lo principal en estos momentos es evitar el conflicto armado entre ambos países, algo que a priori no debería darse, pero que no es ni mucho menos descartable si la distanciación continúa. Lo que es evidente a estas alturas de la película, es que España se va a ver afectada por los devenires que traiga esta lucha de titanes norteafricanos, principalmente por un motivo.
Nuestro país se abastece, en más de la mitad de los recursos, (en torno al 55% de lo que recibimos) de gas procedente de Argelia. Para llegar a España, cruza por un gaseoducto que se sitúa por ambos países, por lo que resulta más que probable que el abastecimiento se vea afectado de alguna manera. Esto no impediría que el gas desapareciera de nuestro territorio, pero sí se vería claramente reducido y afectado por esta crisis, llegando al punto de que, una vez se cumplan los acuerdos, no se renueve el contrato del gaseoducto.
Esta situación evidencia que algo más de la mitad del gas que llega a España, va a quedar sometido a la situación interna de Argelia y a la enorme incertidumbre que ahí se palpa. Hablar de soluciones a estas alturas resulta un tanto aventurado, pero todo apunta a que Europa de mutuo acuerdo, podría arreglar estas relaciones después de culminar el momento tenso vivido en la actualidad entre Marruecos y Argelia.