Cuatro españoles siguen condenados a la pena de muerte en todo el mundo
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Un total de 993 personas fueron ejecutadas en 2017 por la pena de muerte en el mundo, una cifra mínima que supone un descenso del 4 % respecto al año anterior y del 39 % en comparación con 2015, según el informe anual de Amnistía Internacional (AI) sobre esta condena.
La organización celebró este descenso global en la presentación del documento en Londres, aunque apuntó que hay que "seguir trabajando" y recordó que China continúa siendo el "lado amargo del progreso", donde las cifras correspondientes a las miles de ejecuciones consumadas en 2017 están clasificadas como secreto de Estado.
"China siguió siendo el mayor ejecutor del mundo, aunque se desconoce la verdadera magnitud del uso de la pena de muerte en ese país", indica el informe.
Excluyendo al país asiático, el 84 % de las ejecuciones conocidas tuvieron lugar en Arabia Saudí, Irán, Irak y Pakistán, mientras que el 16 % restante se contabilizó en los otros 19 países en los que AI tiene constancia de la puesta en práctica de esta condena durante los últimos doce meses.
Es decir, un total de 23 países castigaron a delincuentes con su vida en 2017, un número que permaneció inalterado respecto al año anterior, aunque Bahréin, Emiratos Árabes, Jordania y Kuwait reanudaron las ejecuciones tras un periodo de interrupción.
¿Y en España?
En nuestro país no existe la pena de muerte, pero a día de hoy, cuatro personas españolas o de doble nacionalidad, están condenadas a la pena de muerte en todo el mundo. Pero, ¿quiénes son?
Víctor Eduardo Parada, de 30 años, es boliviano, pero vivió en España durante su juventud. Concretamente en Benilloba, Alicante. Salió de nuestro país en 2009 al no tener papeles para residir legalmente. Ha sido condenado a la pena de muerte en Malasia tras haber pasado cinco años en una cárcel de Kuala Lumpur. El motivo de su delito: transportar 450 gramos de cocaína en diferentes bolsas.
Artur Segarra, condenado en abril de 2017 en Tailandia. Fue juzgado y acusado de asesinar a otro español, David Bernat. Se pide la pena de muerte para él. En febrero de 2016, las autoridades tailandesas encontraron el cadáver descuartizado de David Bernat en un río de Bangkok. El juez que condenó a Segarra consideró que el español cometió un asesinato premeditado, robo, secuestro, extorsión, tortura y falsificación de documentos.
Pablo Ibar, estuvo durante 16 años en el corredor de la muerte en Estados Unidos. A día de hoy, está a la espera de que se celebre un nuevo juicio después de que el Tribunal Supremo de Florida anulara su condena de muerte en 2016. Le acusaron de asesinar a tres personas mientras cometía un robo en el interior de una vivienda. Por ello estuvo 16 años condenado a la pena de muerte tras ser culpado de un triple asesinato.
Ahmed el Saadany Ghaly, de nacionalidad española, fue detenido y acusado en Egipto de haber asesinado a su cuñado el 13 de diciembre de 2016. Según algunas versiones, aseguran que Ahmed no tuvo la asistencia de un abogado al estar indocumentado. Según informa Amnistía Internacional, “fue torturado y amenazado con que su familia sería torturada”.