Decenas de personas carbonizadas en el incendio de un tren en El Cairo
El ministro de Transporte egipcio, Hisham Arafat, ha presentado su dimisión tras el accidente que ha causado al menos 20 muertos y 40 heridos.
Madrid - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
El fuego se apoderó hoy de la siempre bulliciosa estación de Ramsés de El Cairo y dejó a decenas de personas carbonizadas, tiradas en el suelo del andén número 6, tras la colisión de una locomotora contra el tope de la vía.
"Hemos escuchado la explosión, el sonido de un impacto muy fuerte en la estación. Bajamos y vimos la locomotora en llamas", relató a Efe Hossam Salah, un trabajador de la estación, con palabras entrecortadas, todavía conmocionado por lo que vivió en el andén número 6 poco después de las 9.30 hora local, en plena hora punta.
La locomotora fuera de control se estampó contra el tope de la vía, lo que causó la explosión de su tanque de combustible y un incendio que se tragó a los pasajeros que andaban por los andenes, dejando al menos 20 muertos y 40 heridos, según datos oficiales.
"Ha habido muchos muertos, estaban totalmente quemados y también heridos en estado muy grave", comentó Salah en el andén número 6, de donde habitualmente parten los trenes de Alejandría.
Después de la fuerte explosión, hubo personas que corrieron envueltas en fuego, por los andenes al aire libre, según vídeos difundidos por medios egipcios.
El testigo asegura que los bomberos y las ambulancias "estaban cerca de la estación y llegaron muy deprisa" al lugar, evacuando rápidamente a todos los heridos, con la ayuda de pasajeros que se encontraban en la estación.
"Todo el mundo estaba conmocionado. La reacción de la gente fue ayudarse entre ellos para salvar al mayor número de personas posible", comentó Salah.
Por lo menos 30 ambulancias y 17 coches de bomberos se desplazaron a la estación, ubicada en el centro de El Cairo, según constató Efe.
Una hora después de la colisión, los peritos del departamento de Criminalística de la Policía ya inspeccionaban el interior de la locomotora, que descarriló y quedó inclinada sobre su lado izquierdo, incrustada en los topes de la vía, a poco más de un metro de la fachada de la estación.
Mientras tanto, algunos bomberos todavía usaban sus mangueras para terminar de enfriar el vehículo carbonizado, del que salía un ligero humo.
Decenas de curiosos se aglomeraban en los andenes de la estación y fotografiaban el vehículo accidentado con sus teléfonos móviles desde detrás de la cinta amarilla colocada por los policías en el perímetro de la zona afectada.
Tras conocer las informaciones del suceso, una mujer que esperaba a su tren se desmayó en el andén y fue atendida por otros pasajeros, que la ayudaron a volver en sí.
En las vías quedaban rastros de la espuma usada por los bomberos para apagar el fuego, mientras que el hollín ennegrecía el suelo de los andenes y la fachada de la estación.
La explosión causó una gruesa nube de humo que se podía divisar desde lejos, desde varias partes de El Cairo.
A pesar de la explosión, la estación siguió funcionando normalmente, no se interrumpieron ni la llegada y salida de trenes ni el trasiego de centenares de personas que, como cada día, se agolpan en el vestíbulo decorado con columnas que imitan el estilo faraónico.
La Estación de Egipto, conocida popularmente como Ramsés, construida durante la época en la que Egipto era una colonia británica, es la más importante de la red de cercanías y de largo recorrido del país y comunica El Cairo con las ciudades del valley del delta del Nilo.