¿El fin de la izquierda en Francia? La derecha y Macron acaparan todos los focos

Francia ha protagonizado numerosas revueltas en señal de protesta. Desde la Revolución francesa hasta el movimiento de los "chalecos amarillos" el pasado 2019. En los últimos años, Francia ha presenciado un movimiento de la clase obrera y los jóvenes que la izquierda francesa podría haber captado para las elecciones, pero que los partidos progresistas no han sido capaces de satisfacer las demandas de este sector descontento por la gestión de Emmanuel Macron.

Una izquierda de capa caída

La caída de la izquierda francesa se puede ver claramente en el partido socialista francés. La formación siempre había sido una de las más importantes del país, pero entró en un bucle de decadencia con el liderazgo de François Hollande que le llevó a tener una relevancia muy pobre. Esto se debe a que durante la presidencia del líder socialista, sus políticas traicionaron las promesas electorales y asfixió a las clases medias. Con esto, el partido socialista firmó su sentencia y empezó a obtener unos resultados paupérrimos en las diferentes elecciones territoriales, aunque es cierto que no solo la izquierda tradicional ha caído, también la derecha. La candidata para las próximas elecciones en el partido socialista francés es Anne Hidalgo, que ha ofrecido una candidatura conjunta a los otros líderes de izquierdas debido a que su partido tiene una intención de voto según los últimos sondeos de un 5%.

Por otro lado, algo mejor está la situación del partido Francia Insumisa, aunque es claramente insuficiente. El partido liderado por Jean-Luc Mélenchon tiene unas previsiones de voto del 9%, siendo la mayor fuerza política de la izquierda, pero siendo tan solo el quinto partido político más votado.

Estos porcentajes reflejan la crisis de la izquierda en Francia. Las elecciones en este país son a dos vueltas, por lo que estos bajos porcentajes de intención de voto les excluyen de la ecuación para gobernar. Para llegar a la presidencia hay dos opciones: ganar la primera vuelta por más del 50% de votos conseguidos o ir a la segunda vuelta, a la que van los dos candidatos más votados. De esta manera, la izquierda está muy alejada de pelear por la presidencia de la República.

Macron y la extrema derecha se consolida

Esta caída de la izquierda choca con el auge de la derecha. Emmanuel Macron seguiría siendo la fuerza más votada según el último sondeo con un 25% de de intención de voto, pero las fuerzas de la derecha le siguen muy de cerca. Las urnas se inclinan claramente a la derecha con tres líderes principales: Marine Le Pen con un 17% de votos, la misma previsión de voto que Valérie Pécresse y Eric Zemmour con un 13%.

El partido republicano tiene por primera vez en la historia a una mujer en la candidatura a la presidencia de la República. La candidata es Valérie Pécresse y apuesta por una política de derechas "sin complejos" sin objetivos exagerados. Es la principal competencia de Emmanuel Macron, ya que es la más moderada de la derecha y puede competirle el sector moderado conservador que el actual presidente de la República había recogido en los últimos años. "La derecha republicana ha vuelto. La derecha de las convicciones, de las soluciones, está unida y parte hacia el combate con una voluntad implacable", aseguró al ser nombrada candidata a la presidencia.

Eric Zemmour es la otra figura que ha crecido en los últimos tiempos en el panorama político francés. Este líder de la extrema derecha tuvo un gran crecimiento en los últimos meses situándose tan solo a un 5% en intención de voto del actual presidente, Emmanuel Macron, aunque en el último sondeo ha bajado hasta los trece puntos. El candidato de extrema derecha asegura que los franceses deben luchar por defender Francia, ya que está en juego la civilización y la sustitución de un pueblo. Esta irrupción ha generado en la extrema derecha una rivalidad con Marine Le Pen.

La candidata que le disputó la presidencia de la República a Emmanuel Macron en la segunda vuelta. Marine Le Pen es la segunda fuerza política de Francia junto a Valérie Pécresse. La líder de extrema apuesta por la "nación" frente a la "globalización" y asegura que no volverán atrás y al pasado del partido en el Frente Nacional. El último sondeo revela que la intención de voto para Marine Le Pen es de 17%, a ocho punto de Macron.

Con todo esto se puede ver cómo la relevancia política de la izquierda en el panorama actual es cada vez menor, con una intención de voto muy pobre que hace que con el sistema de segunda vuelta, le sea imposible tener una gran relevancia política. Además, el auge del pensamiento de derechas deja sin opciones a una izquierda cuya mayor potencia política está por detrás del actual presidente y los tres líderes de la extrema derecha.